Pedro de Gante, 1er profesor de Música para Sudamérica: enviado
por Carlos V, en 1523. Ni bien se conquistó Sudamérica y las Antillas por el
Imperio Español, se preocuparon por someter cultural y económicamente, y la
Música estuvo en primer término. Historia de la Música Occidental, Parte VI
Por: Jaime Del Castillo Jaramillo
Josquin de Prez, la nueva Luna de la Música, era originario de la
región limítrofe entre Francia y Bélgica, y a su lugar natal se retiró también
en su declive; Prez fue a todas
luces y fuera de toda duda un excepcional músico y compositor, por algo ganó el
bien ganado título de la Luna de la
Música de su tiempo, tal como lo precisamos en nuestro envío inmediatamente
anterior.
Josquin de Prez sorprende al
mundo musical porque da creación y proyección y pista a un nuevo mundo sonoro,
amplió barreras y empujó límites, imponiendo nuevos y bellos hitos y mojones y
marcas musicales, --(ejemplo magistral de ello, es su famosa misa tardía sobre
el himno Pange Lingua)–-.
Es exacto,
honrado y justo decir que, con Josquin
de Prez se abre y se asienta y se señala el camino firme y directo que
conduce al triunfo de la de las clásicas y famosas fugas de los excelsos
grandes maestros alemanes Johann Sebastián
Bach (1685-1750) y Georg Friedrich Händel
(1685-1759).
Josquin De Prez brilla y se
caracteriza y denota musicalmente por bellas obras diáfanamente comprensibles, y
sobre todo por su inconfundible sonido mucho más brillante y nítido, debido a
su genial técnica e innovación revolucionaria de cambiar el reparto de voces,
implementando nuevos espacios vocales con diversas texturas que enriquecieron
sus composiciones haciéndolas valiosas y que modificarán el estilo de las
composiciones en los siguientes siglos.
Antes de Josquin de Prez se usaban solamente cuatro
partes básicas, --(¿el número representado en la crucifixión de Jesucristo?)--,
en la línea coral o de cantantes. Ese fue el estilo inalterable del alabado Guillaume
Dufay, pero con Prez se
empezaron a usar o cinco o seis partes en la línea vocal y eso le dio fuerza,
brillo y nitidez en la presentación del concepto de la obra musical
definitivamente, tal como ya se explicó ut
supra. Inclusive, algunos seguidores y discípulos de nuestro personaje
tantas veces mencionado Prez, llegan
a usar hasta doce partes en la línea
vocal o coral, es el caso patente de la célebre misa de Pascua Et ecce terræ motus del galo Antoine Brumel (1460-1515)
Los
grandes músicos bajo comentario, buscaban lograr impresionar y arrobar a sus
oyentes con sus obras musicales, y se propusieron tensionar todo esfuerzo y
conocimiento intelectual y musical adquiridos, para emocionar y apasionar a sus
oyentes, con los temas del dolor y la ruda pasión de la Crucifixión, o el
consabido júbilo de la gloria celestial prometida, etc., etc.
Todo este
gran esfuerzo, tensión y afán supremo musical de los grandes maestros bajo
comento, fue relievado a manera de principio renacentista, por el famoso
filósofo florentino Marsilio Ficino
(1433-1499) cuando al final de sus Tres
libros sobre la vida afirmó lo siguiente: «La canción es la
más poderosa imitación de todas las cosas. Imita las intenciones y las pasiones
del alma tanto como las palabras; representa también los gestos físicos, los
movimientos y las acciones de las gentes».
En esta
observación-constatación renacentista musical, y a la vez afirmación valedera y
verídica y comprobable del filósofo Ficino,
tenemos una fotografía de los grandes progresos que había conseguido la música occidental, y ya en el Renacimiento, ese era su poderío y su
refinada técnica, y por cierto, la música engrosaba y en primera línea, la
potencia cultural de la civilización occidental.
No solamente
eso, los enfoques esotéricos renacentistas no fueron ajenos en modo alguno a Marsilio Ficino, por eso sentenció, que
la música, --la misma que vive en su elemento esencial--: está en el aire, y
posee ínsitas cualidades de movimiento, y
como si fuera grácil y dinámico cuerpo vivo, pues puede contener
significados y conceptos como una mente normal u ordinaria; de tal manera que Marsilio Ficino fue contundente y
taxativo en afirmar sobre la Música que: «de manera que puede decirse que
es una especie de animal etéreo y racional».
El gran
maestro de maestros Josquin de Prez,
estuvo al día de y con estos conceptos filosóficos de Ficino y de otros pensadores renacentistas, y por cierto que
influyeron directa y centralmente en su música innovadora y
revolucionaria, no olvidemos que Prez estuvo viviendo por largo tiempo
en la bella Italia, sobre todo, al terminar la década de los ochenta del siglo
XV y hasta el inicio del nuevo siglo XVI, y precisamente, cuando estuvo al
servicio de tres grandes y poderosos mecenas
amantes de las artes y de la buena música: el relevante y astuto cardenal Ascanio Sforza, el controvertido papa Alejandro VI y el noble Ercole d’Este, duque de Ferrara.
Es bueno
señalar aquí, que el importante y esclarecedor texto “El Libro del
cortesano” de Baldassare Castiglione
hace referencia sobre la gran fama de Josquin
de Prez y aunque lo refiera en forma irónica, vale la anotación precisa,
cuando escribió que con ocasión de una nueva pieza interpretada para la duquesa
de Urbino «ni deleitaba ni se decía que era buena, hasta que se
sabía obra de Josquin».
También
debemos tener presente que, para 1501 en
la rica Venecia, Ottaviano Petrucci
(1466-1539) publicó el histórico primer volumen de música impresa, pero con
tipos móviles, y no con los bloques que ya se usaban para imprimir grabados de
la época, esa música impresa por Petrucci
incluía: canciones, música para el posicionado laúd en las haciendas
aristocráticas, misas y motetes o cualquier clase de arreglo breve musical y
destinado a la liturgia latina.
Ottaviano Petrucci, como buen
comerciante veneciano que vivía al tanto de los precios del mercado, sabía que publicar a Josquin de Prez era negocio redondo,
por lo tanto las publicaciones de Petrucci
de las obras musicales de Prez, nos muestra
claramente y en forma testimonial directa y de primera mano, sobre la gran
reputación y fama del gran maestro de maestros tantas veces aludido Josquin de Prez.
La historia también
registra claramente, la privilegiada versión de un importante agente del noble Ercole d’Este duque de Ferrara, cuando anotó con ocasión de relevante comparación
con otro compositor de la época como fuera don Henricus Isaac (1450-1517): «Josquin compone mejor, más
compone cuando quiere y no cuando se le requiere». Obviamente el
aludido Duque de Ferrara Ercole alababa
y gustaba de la calidad musical de Prez,
pese a que componía cuando estaba de buen humor y no obedecía presiones alguna
para componer; a diferencia de Henricus
Isaac quien se prestaba a toda petición de composición musical cuando vivió
bajo la protección y la sombra de la corte del emperador austríaco Maximiliano.
Por si
fuera poco, el gran revolucionario alemán y contundente reformador universal de
la Iglesia Martín Lutero
(1483-1546), con su poderosa mente y recia personalidad, pues fue rendido
admirador del gran maestro de maestros de la música Josquin
de Prez, y lo dejó muy en claro y en
forma taxativa e inteligente y original cuando sentenció lo siguiente: «Josquin es el maestro de las notas, que debe hacer lo que se le
antoje, mientras que otros compositores deben seguir el dictado de las notas».
La fama de Prez, ampliamente trascendió inclusive
su propia muerte, ya que para 1560 el famoso poeta galo Pierre de Ronsard (1524-1585) en el prefacio a un libro de
canciones, expresó admiración y gran respeto por el gran maestro Josquin cuando anotó de él que: «no alumbró cosa que no fuera deleitable al oído y celebrada por los
sabios como ingeniosa».
Pero, no nos dejemos tampoco obnubilar, al lado del
gran maestro de maestros de la música Josquin
de Prez, hubo otros destacados y aventajados músicos, tales como Rafael, quien presentó un excelente
proyecto y modelo de claridad y elegancia musical muy alabado. También fueron
muy destacados Henricus Isaac en
Austria, como vimos ut supra, el
maestro Compère y Jean Mouton (1455-1522) en la corte
parisina, el muy recurrido maestro Brumel
y el igualmente trotamundos Alexander
Agricola (1450-1506), y también el maestro Jacob Obrecht (1457-1505) quien también estuvo en la corte de
Ferrara.
Tampoco podemos
dejar de lado, la potencia de la música inglesa de finales del siglo XV, con compositores
desde Dunstable a Power y desde Morton a Frye, quienes no
se preocupaban en viajar al continente y difundir su música; el más conocido
fue John Browne (1453), con sus
composiciones incluidas en el cantoral del coro del Eton College, para 1490.
Simultáneamente
y en tanto y en cuanto, la capilla y el cantoral de Eton, --en Inglaterra--,
estaban siendo levantados, y para el connotado año 1500, pues la música estaba
también en ascenso en España y Portugal, debido al constante vínculo con los
músicos de la escuela galo-flamenca.
No
olvidemos que España fue visitada por La
Rue y por Agricola, y por
cierto, al gran maestro Josquin (como
en toda Europa occidental) se le rendía pleitesía y se ejecutaban y se copiaban
sus composiciones; y está demás dejar sentado aquí, que la imitación de la
polifonía fue asimilada en la península ibérica, destacándose el español Francisco de Peñalosa (1465-1528) y también
el portugués Pedro de Escobar
(1465-1540).
Está ya establecido
históricamente, que la sangrienta, larga, angustiosa y cara unificación de
España, y con el agónico derrocamiento de la última resistencia militar árabe
en 1492, por fin trajo como consecuencia el esperado desarrollo cultural
peninsular ibérico, y además con un componente y factor singular, original y
relevante: los españoles conquistadores en Sudamérica entraron en contacto y
vinculación central y directa con nuevos y extraños tipos de música en y con la
conquista de México (1521) y la
conquista del Imperio de los Incas y
su singular y original civilización multicultural y multiétnica en Perú (1533), --(no olvidemos que la singularidad
y originalidad de la civilización inca
en su modalidad imperial causó admiración, respeto y sorpresa en los mejores
intelectuales europeos, tan es así que el célebre y máximo historiador británico Arnold Toynbee (1899-1975) en su
monumental obra “A Study of History”, en
doce volúmenes escritos entre 1934 y 1961 coloca al Imperio de los Incas de
Perú, como un caso especial, extraordinario y único en el mundo y para la
historia universal)--.
Ese importante
y trascendental encuentro cultural y civilizacional entre la música de Perú y México
con la cultura occidental representada por el poderoso Imperio Español, ha
quedado bien registrado y oficialmente, --(en sendos documentos que obran en
importantes bibliotecas españolas, mexicanas y peruanas, y también en
importantes instituciones culturales e intelectuales del mundo occidental)--,
debido a que la corona española se preocupó en enviar junto a los recios conquistadores,
a sus CRONISTAS y quienes eran
funcionarios del imperio español y que hacían la labor de notarios públicos de
la corona ibérica como se ha dicho, --(el interés político y económico de fondo,
era registrar los tesoros encontrados en Sudamérica por los conquistadores y
asegurar así que el QUINTO REAL o la parte que le tocaba al reino español de
esos codiciados tesoros, esté bien garantizado y registrado y que pasen a las
arcas reales, también hubo interés religioso, para registrar la captación de
nuevos cristianos católicos).
Los CRONISTAS españoles registraron
fielmente la originalidad y singularidad de lo que escucharon como música
azteca e inca peruana, la formación cultural e intelectual renacentista pesó e
influyó mucho en los cronistas españoles a la hora de registrar el hallazgo de
la música azteca e inca, y eso se evidencia materialmente cuando, anotan y
explican la música sudamericana bajo comento, como producto de la naturalidad
de las culturas sudamericanas conquistadas en México y Perú, y ese enfoque no
es otro que escuela renacentista pura, los cronistas españoles, homologaron la
música peruana y azteca como si fuera la música de la antigua Grecia, y ese
refinamiento cultural que quedó sentenciado para la historia y la posteridad,
no es otro que la formación intelectual de la escuela renacentista.
El círculo cultural
y musical palaciego del poderoso imperio español quedó gratamente sorprendido y
muy admirado por la existencia de música original y con sus propias
características en el imperio azteca y en el imperio de los incas, como se ha
dicho; pero otra sería la percepción y la óptica y la decisión política
imperial ibérica, y obviamente que el consejo real hispano, que recién había
salido de una larga, dolorosa, cruenta y costosa guerra de expulsión de los
moros enquistados por siglos en España, pues sabían muy bien y perfectamente y
con lecciones en su propia piel, alma y corazón y generación, que dejar
discurrir libremente la cultura originaria de las plazas militares, políticas y
económicas recién conquistadas en Sudamérica, podría ser contraproducente,
riesgoso y peligroso para el imperio español, repito, eso lo tenían muy claro,
perfectamente claro, ya lo habían sufrido en carne propia, es por eso que la
decisión política imperial siempre fue imponer el dominio español en todos los
ámbitos y planos, por lo tanto la música no sería la excepción, y pruebas de
ello tenemos y en gran abundancia.
Producto
de esa voluntad, proyección y decisión política real ibérica, fue el rápido
envío del primer profesor europeo de música al Nuevo Mundo, el mismo que llegó
a México para 1523, vale decir, fue enviado el arte musical inmediatamente de
ultimar sangrientamente la conquista de la civilización azteca, y fue escogido
para el oficial puesto, un maestro de los Países Bajos, Pedro de Gante (1486-1572), y eso significaba que llegaba a
Sudamérica, --(y casi junto con la brutal y feroz conquista militar y política
española)--, la cultura occidental y en específico la música europea tan
adelantada y refinada, ya que Pedro de
Gante era hijo de la misma región
musical líder del momento, y por si fuera poco, era contemporáneo y paisano de dos de los grandes compositores que llevaron a
la gloriosa polifonía galo-flamenca hasta el cenit del triunfo universal: Nicolas Gombert (1495-1560) y Adrian Willaert (1490-1562).
Vale decir,
y es importantísimo precisarlo aquí: Sudamérica recibió inmediatamente de
conquistada lo mejor de la música europea para enseñarse y difundirse e imperar
en los nuevos reinos españoles en Sudamérica. Por lo tanto, la música peruana,
mexicana y cubana, que tantos genios y talentos brindó para la música
universal, tienen la formación europea musical del mejor refinamiento que pudo
exponer la civilización occidental.
No
solamente eso, afirmo aquí, que las creaciones nacionales peruana, mexicana y
cubana, son originales y criollas netas, con formación europea musical de la
mejor por cierto y como base y matriz y patrón, pero son creaciones originales,
propias y criollas, y en específico, rechazo absolutamente el término de música
AFRO-PERUANA o AFRO-CUBANA, porque ello es un enfoque o encuadre intelectual
errado absolutamente, en realidad, estas son afirmaciones comerciales exageradas
que generan confusión y lo han logrado por décadas de décadas.
Es más, afirmo
aquí que las denominaciones de música AFRO-PERUANA o AFRO-CUBANA, son
expresiones discriminadoras y racistas, antes que científicas e intelectuales
de buena ley y recta razón imparcial e hija de la equidad.
Para empezar,
y en primer lugar: África de los negros procedentes de esa zona continental y
que llegaron a Sudamérica en calidad de esclavos
y no de intelectuales, proceden de
zonas salvajes de recolectores y cazadores de hábitat nómade, por lo tanto no
trajeron a Sudamérica ningún legado cultural ni musical atendible, ni
respetable porque nunca lo tuvieron, por lo tanto: ¿Por qué se tiene que
anteponer y en primer término relevante y llamativo el mote de AFRO-PERUANO o
AFRO-CUBANO? No hay razón atendible, solamente es una expresión velada de odio,
de envidia o de discriminación racial y cultural, obviamente.
En segundo
término: El negro esclavo con cultura de cazadores y recolectores de su África
natal, y que fue traído a la fuerza a Sudamérica y las Antillas como esclavo,
fue considerado un ser sin alma, y tratado inhumanamente por los españoles y su
cultura, y por ello brilla el nombre de Bartolomé de las Casas como su gran y
poderoso protector.
Pero lo
que no se quiere acentuar y profundizar y exponer en primer plano y con volumen
alto es lo siguiente: Ese negro esclavo, fue alumno predilecto y aprovechado y
disciplinado de la cultura occidental, vale decir, el negro esclavo aprendió
con gusto y pasión todas las enseñanzas que pudo tomar y copiar de la cultura
occidental, y así lo demostró y evidenció doquiera mantuvo su presencia. Y en
materia de música, fueron grandes y aprovechados alumnos y luego grandes
maestros y hasta genios universales de la música en diferentes géneros
musicales universales, como se ha constatado hasta la fecha. Y, precisamente ahí,
y exactamente ahí está el gran problema que tenemos que ventilar y exponer y
profundizar y razonar ahora, porque la raza blanca y la cultura occidental, no
quiere ni acepta, la justa y honrada y decente homologación de ciudadano a
ciudadano, de genio a genio musical, entre un negro y un blanco, y precisamente
ha puesto y elevado un alto y grueso muro, esa
pared que ha puesto y que mantiene y que muchos repiten por ignorancia
es la denominación: AFRO o MÚSICA AFRO, como si la música tuviese color.
En tercer
lugar: El gremio de músicos y el sistema blanco o mestizo y ligados al poder
político, económico, social y cultural no pudo soportar, ni sobrellevar ni
admitir que el NEGRO era tan buen alumno y tan genial músico como el blanco
europeo o anglosajón o latino, ése fue para mí el gran problema, y por eso, es
que aplican con velada y diplomática discriminación y odio racial el mote
peyorativo de música AFRO-PERUANA y AFRO-CUBANA. Lo dejo ahí, y prometo seguir
desarrollando el tema, porque tengo muchos más argumentos basados en las
ciencias sociales para seguir defendiendo mi tesis.
Pedro de Gante gran maestro
músico de los Países Bajos, entonces fue el primer profesor oficial de música
europea que llega a Sudamérica, y por si fuera poco, en 1526 el gran maestro Gombert, --(paisano y colega de Pedro de Gante)-- quien fuera
influenciado por el gran maestro de maestros Josquin de Prez, se unió a la capilla y al cenáculo de grandes
artistas del poderosísimo emperador Carlos
V, gran monarca no solamente del sólido Imperio austríaco, sino también del
ultramarino reino de España, los Países Bajos y, de hecho, México.
Y para
1527, el maestro Willaert, --(también
paisano y colega de Pedro de Gante)--,
y quien fuera discípulo de Mouton, fue
contratado para que dirija la música de la famosa basílica estatal de San
Marcos, en la rica Venecia, cuando la célebre república celebró sus ceremonias
religiosas con todo boato y pompa muy propias de la mágica Venecia.
No podemos
dejar de mencionar aquí, un dato muy importante y trascendental para la música:
El típico humanismo filosófico, de fines del revolucionario siglo XV, devino e
impulsó para la música, y en forma sustantiva y formal, la democratización, y con
rostro popular de carácter más pragmático, pero sin perder la expresividad y la
lógica esencial musical, y su nuevo vehículo auditivo será en primer término la
polifonía imitativa.
Es entonces
culminando el siglo XV, que la rudeza y la jovialidad empiezan a extender sus
alas musicales por vez primera, y por cierto el énfasis popular sobrepujó a la
buena y elaborada melodía, y está muy claro, que el pretexto de fondo fue darle
puerta y cuerda a los ritmos de la danza. Aquí ya empieza otra historia.
Fue París
otra vez, la revolucionaria y la líder en la materia, en ese momento era la metrópoli
europea más admirada, su población excedía en mucho el cuarto de millón de
habitantes, y por cierto, la alegre y bailarina moda y onda empieza con
canciones francesas compuestas, por Gombert,
también por Clément Janequin (1485-1560)
y por Claudin de Sermisy (1490-1562),
el maestro Gompert se destacó por ser
el gran innovador que introdujo el canto de alegres pájaros y llamativos gritos
del combate.
Tampoco no
podemos ni debemos olvidar que fue el maestro galo Philippe Verdelot (1482-1531), quien en Florencia logró la gloria
de ser el más importante hacedor del primer y original libro de canciones
italianas, y que dio el célebre nombre, --para 1530--, a un nuevo género
musical: el madrigal.
(Fin de la
sexta parte)
Lima, 5 de
febrero del 2016
Jaime Del
Castillo Jaramillo
Abogado
egresado de la U.N.M.S.M. con más de 25 años de ejercicio profesional y cuenta
con estudio jurídico abierto; politólogo con más de 20 años de ejercicio
profesional; periodista, fundador y director del programa radial y televisivo
‘Yo, Sí Opino’ (censurado en TV y cerrado cinco veces en radio); Maestría en
Ciencia Política con la tesis “Pensamiento Político peruano insuficiente y
epidérmico causa de nuestro subdesarrollo político”; Post Grado internacional
en Ciencia Política otorgado por la UCES – Universidad de Ciencias
Empresariales y Sociales de Buenos Aires-Argentina graduado con la tesis:
“Crisis terminal de los Partidos Políticos en el Perú”; catedrático
universitario de ‘Historia del Pensamiento Político”, “Filosofía Política”,
“Metodología de la investigación en Ciencia Política”, “Realidad Nacional”;
“Análisis Político”, “Ciencia Política”, etc.; blogger, comunicador social,
articulista y conferencista.
http://fororepublicanoperu.blogspot.com
@jaimedelcastill
yeagob2@gmail.com
https://www.facebook.com/jdelcastillojaramillo
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