viernes, 10 de mayo de 2019

Parker, Gillespie y Davis o la Trilogía Divina del Jazz Moderno. Bird fue el padrino del joven Miles Davis. Historia del Jazz. Parte L


Parker, Gillespie y Davis o la Trilogía Divina del Jazz Moderno. Bird fue el padrino del joven Miles Davis. Historia del Jazz. Parte L













Por:    Jaime Del Castillo Jaramillo











Mientras Gillespie hizo su propia Big Band, y experimentaba con nuevos sonidos y ritmos como el Latin Jazz o Cubop, pues, más se alejaba de Charlie Parker, quien a su vez, tenía su propia banda con el joven Miles Davis como trompetista.









Las oportunidades en que estos dos inmensos astros del jazz moderno, se unieron para producir música fueron escasas, pero cuando lo hicieron, iluminaban e inspiraban el mundo del jazz; por ejemplo, la exitosa y espectacular presentación que hicieron ambos en el Carnegie Hall o cuando grabaron en el estudio de Clef en 1950, o cuando se presentaron en el concierto del Massey Hall de 1953.







Charlie Parker, creía que con su solo arte del Bebop encendido, de pirotecnia y fraseos vivaces que producía con su saxofón, era suficiente, y que otro virtuoso que haga lo mismo como Dizzy Gillespie con su trompeta, pues, ya era demasiado. Es por eso, que siempre buscó a trompetistas que fuesen lo opuesto a él, para marcar la diferencia y acentuar su arte y potenciar la melodía y sin agotar al público asistente. En esa lógica fue que encajó el jovencito Miles Davis, -el mismo que sería el futuro líder del movimiento cool-, y es que de primera instancia o aparentemente, parecería una mala elección compartir la primera línea con el jefe revolucionario y su  saxo fogoso y contralto, o sea Bird, pero, todo lo contrario, esa decisión de Charlie Parker fue muy bien pensada y meditada y de acuerdo a su oído musical.










Lo que afirmamos es fácil comprobarlo, con las duplas que hizo Bird con los trompetistas: Miles Davis, Chet Baker, Kenny Dorham o Red Rodney, es decir, Charlie Parker prefirió siempre, la trompeta melodiosa, dulce, pensante y bien elaborada, vale decir, buscaba el bálsamo que cure las quemaduras que dejaban sus fogosas líneas de saxo contralto.










Miles Davis para el año de 1947, todavía recibía la influencia directa de Dizzy Gillespie, sin embargo, en general, el trabajo de Davis, era voltear los estilos, del lucido y extrovertido de Gillespie, al íntimo y personal de Davis, aunque en los fraseos rápidos con el mismo Parker, pues, Davis prefirió ceder su lugar.









Cuando Miles Dewey Davis (Miles Dewey Davis III, nació en Alton, Illinois, el 26/05/1926 – falleció en Santa Mónica, el 28/09/1991), empezó a tocar con el gran maestro Charlie Parker, pues, era un desconocido. Provenía de una familia acomodada, de St. Louis. Su padre era cirujano dentista de éxito y que contaba con tres títulos universitarios y dueño de inmensas propiedades. Su tío estudió en Harvard y en Alemania. Pero el joven Miles fue la “oveja negra” de la familia, hasta lo denominaron el “Príncipe de la Oscuridad”. Su madre era una pianista muy habilidosa pero nunca le enseñó música al hijo, con las justas quiso regalarle un violín a sus trece años, pero el padre decidió que debe tocar trompeta. El único gran recuerdo de su madre, fueron sus discos de los grandes maestros Art Tatum y Duke Ellington, los mismos que ejercieron una poderosa influencia en el jovencito Miles y para siempre.  









El joven Davis recibió lecciones de trompeta del maestro Elwood Buchanan, reconocido instrumentista que había tocado con la banda de Andy Kirk. Buchanan inculcó a su discípulo Davis seguir las huellas de los trompetistas Harold Baker y Bobby Hackett, antes que a Joe “King” Oliver o Louis Armstrong o Roy Eldridge, de ahí y solamente así, se nos hace más fácil encontrar la razón de la preferencia de Miles hacia el modo Cool.









A sus escasos quince años, Miles Davis también recibió clases del primer trompetista de la Sinfónica de St. Louis, quien lo criticó acremente, y Davis nunca olvidaría ello, por eso declaró en cierta oportunidad que: “Dijo que yo era el peor trompetista que había oído en su vida”; como no podía ser de otro modo, Miles Davis tuvo un círculo de  amigos, que también amaban el jazz, tales como el pianista Duke Brooks y el trompetista Clark Terry, quien después sería una gran estrella del mundo jazzístico.










Miles Davis para septiembre de 1944, postuló y pasó la prueba de ingreso y  por cierto, se matriculó en el afamado Conservatorio Juilliard School of Music de New York, para perfeccionar el sonido de su trompeta, aunque nunca terminó formalmente sus estudios, dejó todo para acompañar al maestro Parker y confundirse con los primeros boppers.









Pero Davis, nació caprichoso y vivió caprichoso, saltaba de una cosa a otra, no se contentaba con nada, cuando consiguió ser reconocido como representante del movimiento bebop, pues abandonó esa escuela revolucionaria, y optó por un estilo radicalmente opuesto y que se denominó el “Cool”, y cuando se cansó del Cool, pasó a la Escuela Modal, después a la Escuela Impresionista, después pasó al Hard Bop y después al Cuasi-Free, y  por cansancio, recaló en la cuestionada fusión entre el jazz y el rock. Al parecer, devaneos de niño rico, veleidoso y caprichoso.











Precisamente, como Miles Davis era veleidoso y caprichoso, se cansó rápido de las formales y disciplinadas clases del Conservatorio Juilliard, y se internó de pleno y de lleno al mundo de los cabarets y salones de baile de jazz en la Babel De Acero, es decir, el joven Miles adoraba estar en medio del Minton’s, o del Savoy Ballroom, o del Three Deuces, o del Onyx, o en el Spotlite, entre otros muchos lugares de exposición o espectáculos del jazz.












Ni bien llegó a New York, el joven Miles Davis buscó a los inquietos, flamantes y revolucionarios Bebopers, porque sentía la necesidad de ser miembro de esa nueva Escuela y generación de músicos del bebop, los mismos que ya habían tomado la plaza de la Ciudad que Nunca Duerme, por eso escribió Davis en su autobiografía: “Pasé mi primera semana en Nueva York buscando a Bird y a Dizzy. Sí, fui a todas partes buscando a esos dos pájaros”. Hasta que los encontró, encabezados por su líder Bird o Parker, estaban amenizando una revolucionaria Jam Session en la siempre musical Harlem.










Charlie Parker frisaba sus juveniles y saludables veinticuatro años de edad, y ya era un líder reconocido y consolidado en el nuevo escenario del jazz moderno,  es decir que, Bird era apenas seis años mayor que Miles Davis, y para suerte del joven trompetista admirador de Parker y bajo comentario, pues Bird lo aceptó en su círculo y aceptó llevarlo de la mano por la música nueva, para eso lo incorporó como formal miembro de su banda.











Al frente de la paradigmática y encendida trompeta de Dizzy Gillespie, estaban los sonidos más melodiosos y elaborados Freddie Webster y del joven Fats Navarro. Estas influencias fueron tan poderosas para el inquieto músico  Davis, que decidió dejar sus estudios en Juilliard, y aprender directamente de los maestros antes mencionados y en la práctica misma, es decir, quiso aleccionarse en el fragor de las grandes batallas musicales nocturnas del Jazz.












Nunca olvidemos el poderoso padrinazgo del gigante Charlie Parker, cuando llevó al estudio de grabación del sello Savoy y para noviembre de 1945, al inexperto Miles Davis (de escasos 19 años de edad) como trompetista principal, y muy a pesar que el consagrado Dizzy Gillespie también estuvo ahí, y a la misma hora y lugar y para la  misma grabación, pero no como trompetista, sino como pianista.











En esa histórica grabación, se produjeron inmortales blues, tales como: “Billie’s Bounce”








O también: “Now’s the Time” donde Miles Davis se destacó con solos sobrios y bien elaborados,













Fue para la grabación del clásico tema “Ko Ko”, -con los rápidos cambios acórdicos de “Cherokee”-, que el joven Miles Davis le cede su lugar y la trompeta al gran maestro y paradigma musical Dizzy Gillespie, y por eso dijo: “No iba a salir y ponerme en evidencia”, recordó y además agregó que: “Realmente no creía estar preparado.” Fue ahí que Dizzy Gillespie tocó un soberbio e inmortal solo que hasta la fecha es una pieza fundamental y paradigmática del mejor bebop y el más importante de todos.













Cuando Charlie Parker y Dizzy Gillespie viajaron especialmente contratados para hacer Bebop a la Costa Oeste, en específico, a la importante e integrada racialmente ciudad de Los Ángeles y para diciembre de 1945, el joven Miles Davis sintió que no podía dejar el tren de la historia, y también viajó tras la huella de su poderoso padrino Bird, el pretexto fue un contrato que también tenía la banda de Benny Carter para la costa oeste, donde Miles Davis fue invitado a formar parte de dicha banda.









Fue así que, en Los Ángeles, el jovenzuelo Miles Davis tocó con su gran maestro y padrino Bird o Charlie Parker en la sala Finale, y después vuelve a grabar con Parker para el sello Dial, bajo la manija del empresario Russell, el mismo que vivía pendiente de los pasos del gigante Charlie Parker y lo asistió para bien, en toda su accidentada e histórica estadía en la ciudad de Los Angeles.












Cuando Bird o Charlie Parker fue internado y para su rehabilitación, en el Hospital estatal de Camarillo (Los Ángeles), por su fuerte problema de adicción las drogas, pues el joven Miles Davis desconsolado, no tuvo otra salida que embarcarse en gira musical con el maestro Billy Eckstine, y por lo tanto, regresó a Nueva York, y luego fue felizmente fichado para la famosa, primigenia y original big band de Dizzy Gillespie, la misma que tenía la mejor línea de trompetas de ese momento en la historia del jazz: Fats Navarro, Freddie Webster y Kenny Dorham, además de Davis y Gillespie, obviamente. Cuando Charlie Parker, estuvo nuevamente activo, algunas veces tocaba con la Big Band de Dizzy Gillespie bajo comentario.












Ya está muy claro, establecido y documentado que Bird o Charlie Parker, cuando brillaba con todo su esplendor y como máxima estrella del revolucionario Bebop, no consideraba a Dizzy Gillespie como indispensable o insustituible, ni siquiera le era necesario como su asistente mayor o mano derecha o necesario acompañante o co-líder musical. Hay demasiadas pruebas, huellas y documentación al respecto.












Por ejemplo, para el mes de abril del año 1947, el consolidado Charlie Parker presentó su nuevo quinteto en el afamado local Three Deuces de la calle 52 en New York. Donde Bird nuevamente respalda al joven Miles Davis como su trompeta, junto con su engreído drummer Max Roach (Maxwell Lemuel Roach, New Land, del Condado de Pasquotank, de Carolina del Norte, nació el 10/01/1924 – falleció en Nueva York, 16/08/2007, baterista y compositor), el bajista Tommy Potter (Charles Thomas Potter, nació en Filadelfia, Pensilvania, un 21/09/1918 – falleció el 1°/03/1988) y el pianista Duke Jordan (Irving Sydney "Duke" Jordan, nacido en Brooklyn, Nueva York, el 1°/04/1922 – fallece el 08/08/2006​).











Para el mes de mayo del mismo año, Bird o Parker ya estaba grabando nuevo material y otra vez en los estudios de la disquera Savoy, y lo único que varió en su nuevo quinteto fue la salida del pianista Duke Jordan, para que ingrese Bud Powell (Earl Rudolph Powell, nacido en Nueva York, el 27/09/1924 – falleció en Nueva York, el 31/06/1966, pianista y compositor).













Para esa histórica grabación con Bird y su nuevo quinteto, y en el sello Savoy como se ha dicho, encontramos el clásico tema “Donna Lee”, con una interpretación única en su género, con un soberbio y precioso solo de Miles Davis.








“Chasin’ the Bird”, es un especial tema, no solamente por la calidad en su ejecución, sino porque el líder Charlie Parker da curso y acuna un relevante contrapunto melódico.













Russell, el acucioso y persistente empresario disquero y admirador del gran Charlie Parker desde su histórica estadía en California o la Costa Oeste, pues, decidió abrir su sello disquero Dial, pero ahora en la costa este, específicamente en New York. O sea, seguía los pasos del excepcional Bird, y precisamente, a finales del año 1947 Parker y su nuevo quinteto, graba para el sello Dial del antes mencionado Russell, y eso se verificó en tres memorables sesiones, de esas tres sesiones, el tema más conmovedor es “The Hymn”













Aquí logró reinventar la fogocidad del anterior tema “Ko Ko” con un tempo  y una melodía parecida a “Cherokee”. Parker nos regaló un maravilloso solo, muy distinto a Ko ko, pero no menos virtuoso.












Parker grabó otros originales temas muy sencillos para el oído, tales como “Scrapple from the Apple”,








o “Dewey Square”,








o “Dexterity” en todos estos temas, tenemos a un sólido Charlie Parker en la confección de sus solos.






(Fin de la parte L)



Lima, 10 de mayo del 2019

Jaime Del Castillo Jaramillo


@jaimedelcastill

yeagob2@gmail.com

https://www.facebook.com/ddaniel.vvega.3