miércoles, 9 de noviembre de 2016

La música española influyó sobre el naciente Jazz. Jelly Roll Morton pionero del Jazz, afirmó que dejos españoles fueron obligatorios. Historia del Jazz. Parte I



La música española influyó sobre el naciente Jazz. Jelly Roll Morton pionero del Jazz, afirmó que dejos españoles fueron obligatorios. Historia del Jazz. Parte I



Por:    Jaime Del Castillo Jaramillo





Sorprendente y reveladora afirmación de Jelly Roll Morton, el trascendental músico pionero del Jazz en la histórica Nueva Orleans, quien dijo así: “si no se consigue poner dejos españoles en las melodías nunca se tendrá lo que yo llamo el aliño adecuado para el jazz”. (Alan Lomax: Mr. Jelly Roll, Nueva York, Duell Sloan & Pearce, 1950, pág. 62, también se puede revisar: John Storm Roberts, The Latin Tinge, Nueva York, Oxford University Press, 1979, esp. págs. 34-39). Vale decir que la influencia europea y en específico española sobre el naciente Jazz fue directa y efectiva, tal y como sucedió con la música cubana, y tal y como lo desarrollé in extenso en otros envíos sobre la materia.



Ferdinand Joseph LaMenthe, es nuestro personaje, quien es conocido universalmente como "Jelly Roll Morton", fue pianista, compositor y cantante norteamericano nacido para el 20 de septiembre de 1885 en Gulfport, Luisiana, y fallece en Los Ángeles, California, un 10 de julio de 1941. Aunque, algunos investigadores afirman que nació en Nueva Orleans, un 20 de octubre de 1890, y que su verdadero apellido era LaMothe y no LaMenthe. Morton nació en medio de una familia acomodada y criolla de Nueva Orleans, ahí se educó, y se autodenominaba como el inventor del jazz, así consta en senda carta enviada a la revista Down Beat, en 1938.



 Jelly Roll Morton, cuando niño vivió el contexto histórico en la cual una impresionante banda de caballería mexicana diariamente ejecutaba conciertos gratuitos en el Mexican Pavilion como espectáculo de animación de la Exposición Mundial Centenaria del Algodón que se llevó a cabo en la legendaria Nueva Orleans entre 1884 y 1885.





No solamente eso, la prestigiosa y antigua tienda de música Hart, en Canal Street, publicó y vendió más de ochenta composiciones mexicanas durante este período arriba mencionado, influyendo fuertemente y en forma directa sobre los músicos del área, y por lo tanto se acercó y se brindó y se aportó insumos, influencias y ritmos y estilos a la compleja historia del Jazz, que en verdad de verdades fusiona y combina estilos musicales latinoamericanos y norteamericanos, así se explica la reveladora frase de Jelly Roll Morton que citamos al comienzo del presente envío.



La música de jazz, no solamente fue un fenómeno musicológico puro,  también fue explícita manifestación cultural en Nueva Orleans del siglo XIX, donde predominó tanto la cultura latina, como su religión católica, y alrededor de estas últimas giraron una serie de hechos, acontecimientos y producciones que importan directamente a la historia del Jazz.



Nunca olvidar los antecedentes franceses católicos de esa histórica ciudad, solamente así y en esa perspectiva se puede entender fácilmente porque la discriminación racial en Nueva Orleans era muy distinta y de otro grado y nivel, con respecto a todo el resto de los Estados Unidos, vale decir, que Nueva Orleans era mucho más tolerante a la hora de aceptar fusiones sociales heterodoxas, con respecto a cualquier sociedad anglosajona y protestante, cuyos valores dominaban en casi toda Norteamérica.






Está muy, pero muy claro, que la música y los bailes originarios del legendario Congo Square no habrían sido permitidos en cualquier otra colonia anglosajona de todo Norteamérica. Y esa permisibilidad tiene que ver mucho con el cálculo político y económico de la élite dominante, tal y como sucedió en Cuba con los negros esclavos, tal y como lo expliqué en detalle, cuando desarrollé la historia de la música cubana.


Apresurémonos en fijar aquí, que después de la fundación francesa de la ciudad de Nueva Orleans en 1764 y en el Nuevo Mundo, pues en menos de cincuenta años fue cedida dicha joven ciudad gala, por sus mismos  fundadores a España, y para el revolucionario año de 1800 Napoleón Bonaparte forzó la devolución a Francia, pero esta nueva recuperación solamente duraría tres cortos años, siendo que finalmente, la ciudad de Nueva Orleans pasó a dominio de los Estados Unidos, y como parte de la conocida compra de Louisiana.


En consecuencia, el Jazz fue influenciado directamente por los colonos franceses y españoles, quienes fueron fuente principal, decisoria y definitiva para el levantamiento del mencionado Jazz, y los aspectos de hondura, altura, peso, y otros aditamentos musicales fueron aportados sin lugar a dudas, por los colonos alemanes, italianos, ingleses, irlandeses y escoceses también.




En cuanto a la población negra inicial de la ciudad de New Orleans, las ciencias sociales son unánimes en la información y afirmación, de que el signo distintivo era la diversidad, no podía ser de otro modo, se da cuenta de la existencia de muchos negros, pero de diferentes destinos y procedencias y culturas, inclusive, muchos de ellos eran americanos, y otros llegaron por la ruta del Caribe.



Desde Haití o La Española, con y por sus fuertes convulsiones sociales llegaron oleadas de negros a Nueva Orleans, tanto europeos de raza blanca y la gran mayoría franceses, como negros también; para tener una idea clara baste decir que, para 1808, se llegó a contabilizar una gran migración de más de seis mil refugiados que huyeron despavoridos de la sangrienta revolución haitiana, los mismos que primero arribaron a Cuba, pero fueron obligados a abandonar la tierra de José Martí, y optaron por New Orleans.


Obviamente, y por su propio peso, dicho crisol de razas, culturas, historias y músicas, iba a generar pronto un nuevo híbrido, un nuevo producto, un nuevo género: el Jazz.




A flor de piel y cara al sol, y mirando a la historia y al progreso, estaba esta fértil amalgama, una rara y exótica fusión de agentes y factores y vectores europeos, caribeños, africanos y norteamericanos,  Louisiana era el suelo prominente y eminente de recepción, tolerancia e interactividad de muchas etnias y antropologías disímiles, un crisol étnico en toda la justicia y propiedad de la palabra, un crisol bullente, inquieto, y por demás efervescente y trascendente de y para todo el siglo XIX.



La suma de culturas de diferente grado, nivel, posición y progreso, fue la magna incubadora para muchos grandes híbridos musicales modernos, donde que el jazz fue uno más de ellos, de ahí nace y se genera por ejemplo, el cajún de los acadianos, el zydeco (desarrollo de la música cajún siendo que la vertiente de los blancos será luego el country, y la vertiente de los negros será el blues), el blues y otros estilos nuevos que florecieron en esa incubadora de libertad y tolerancia.




Geográficamente, Louisiana es un área de clima húmedo y cálido, y esos vapores invasivos, persistentes e inclementes, que sufrían todos sin excepción, pues ayudó y coadyuvó a suavizar lentamente los otrora firmes límites entre las culturas convivientes y residentes; y dichas barreras culturales entonces, se empaparon de esos vapores y de esa humedad y fueron sometidos a ese calor igualitario, y fue que dichos límites culturales y étnicos se derritieron o se evaporaron lentamente, como lo hacía y lo imponía su nuevo clima, y como lo acomodaba y mandaba su nuevo hábitat y su nueva ciudad-nación, hasta desaparecer absolutamente toda limitación.



Tan es así, que hoy es muy común que en Nueva Orleans los residentes de ascendencia irlandesa celebren el día de su patrono máximo San Patricio con un desfile tradicional, y que también desfilen junto a ellos o con ellos la presencia afroamericana, siendo ello muy común, y a nadie le sorprende ello.



Así mismo, hoy es muy común que los bailes de máscaras del famoso Mardi Gras representan sin lugar a dudas, el exacto símbolo y cultura de la ciudad, donde se presentan y se muestran los artefactos carnavalescos más familiares, pero con aspectos y formas y creaciones por más que inverosímiles.




(Fin de la primera parte)


Lima,  01 de junio del 2016

Jaime Del Castillo Jaramillo

Abogado egresado de la U.N.M.S.M. con más de 25 años de ejercicio profesional y cuenta con estudio jurídico abierto; politólogo con más de 20 años de ejercicio profesional; periodista, fundador y director del programa radial y televisivo ‘Yo, Sí Opino’ (censurado en TV y cerrado cinco veces en radio); Maestría en Ciencia Política con la tesis “Pensamiento Político peruano insuficiente y epidérmico causa de nuestro subdesarrollo político”; Post Grado internacional en Ciencia Política otorgado por la UCES – Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales de Buenos Aires-Argentina graduado con la tesis: “Crisis terminal de los Partidos Políticos en el Perú”; catedrático universitario de ‘Historia del Pensamiento Político”, “Filosofía Política”, “Metodología de la investigación en Ciencia Política”, “Realidad Nacional”; “Análisis Político”, “Ciencia Política”, etc.; blogger, comunicador social, articulista y conferencista.
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