Trívium y Cuadrívium y sistema de las Artes, para la
Estética medieval. La Música entra con buen pie como arte mayor. ESTÉTICA.
Parte IV
El medioevo
no tenía una idea o razón o teoría clara sobre lo que eran las Bellas Artes y
que pueda diferenciarse del arte en general.
Para el
aquinatense, el Arte es virtud fundamentalmente, virtus. Y en general para los escolásticos, era disposición
particular y en acto (o sea no era ni latente ni en potencia), de nuestra
esencial humanidad (dispositio operativa)
ya que el hombre no logrará ser virtuoso sino a través de sus acciones, y de
esa manera se raya la cancha separando
por un lado el saber y por el otro la prudencia (dispositio speculativa).
A partir de estas
premisas, el buen Santo Tomas conceptúa que la inflexión intelectual es,
asimismo, eficiente, o que al menos la dispositio operativa puede ser
considerada intelectual. Y arriba a esas afirmaciones considerando que todos los
artesanos y los artistas se dejan guiar siempre por sus razonamientos, y por lo tanto, toda acción se basa en el
pensamiento: las inflexiones cognitivas preceden, pues, lógica y cronológicamente
a las disposiciones operativas, por lo tanto, la virtud no es otra cosa que un
pensamiento.
Para los
escolásticos, el arte es virtud alimentada por los necesarios razonamientos especulativos
que llevan hacia las ideas de actividad operativa, con la finalidad de ejecutar
actos y/o objetos cuya utilidad consiste en mejorar la calidad de vida, por
ello mismo afirmó que: "El arte es
un razonamiento recto en la
construcción de ciertas obras."
Es más, para
ellos, el arte no conlleva a reglas diversas y específicas para esta o aquella
disciplina, sino que ostenta sendo reglamento único y general, el mismo que
preside la actividad del Arte en mención.
La obra de
arte verdadera se presenta cuando existe la buena voluntad del artista, cuando
hay voluntad razonable y moral: ut homo
bene. Buena voluntad artística más el principio diferenciador: La justicia.
No nos
olvidemos que en el Medioevo, el arte fue dirigido por sendas obligaciones de
categoría jurídica, por eso se afirma también que el principio de utilidad
siempre domina todas las artes reguladas jurídicamente por estatutos
obligatorios, y aquí ya estamos en la estética de Sócrates.
El arte
medieval para decirlo en sencillas palabras estaba en actividad utilitaria
diaria, estaba "en servicio" artesanal doméstico, religioso,
comercial, profesional, etc., y por cierto que era perfectamente anestético, es
decir no entendía ni sabía una palabra de Estética.
Para los
intelectuales escolásticos, todo es final, o telos, y es que ellos, equiparaban la finalidad artística
propiamente dicha, con la finalidad de la naturaleza, que también es una
creación, pero divina. En su lógica entonces, todo artista busca siempre la
meta añorada que no es otra que hacer analogía con la creación divina de la
naturaleza, aquí está entonces en verdad de verdades, toda la esencia verdadera
de la metafísica medieval en materia estética.
De acuerdo
con lo explicado líneas arriba, el reconocido intelectual medieval Hugo de San
Victor (1096-1141), en su conocida obra el Didascalicon,
distinguió pues tres géneros de creación: Ia creación divina o de Dios, la
creación de la naturaleza, y la creación del artifex, o en buen romance, la del
artesano o artista.
La Teoría de
la Emanación del Medioevo prescribía que los géneros de creación emanan de la
creación divina que era la primera y fundante; y de ahí se descendía a la
creación de la naturaleza, y finalmente a la creación del artista.
Esta Teoría
de la Emanación fue desarrollada por Santo Tomas como no podía ser de otra
manera: "La obra de arte –escribió
el aquinatense-- tiene por base a Ia naturaleza, y esta última a la creación
divina."
El arte
entonces es creación consciente y
racional llevada a buen fin por la vía del libre arbitrio del artista; el
artesano se acerca, pues, a Dios, lo imita en su calidad de artifex supremo.
Es bueno
señalar aquí que la categoría de la imaginación, tenía un papel muy anémico y
bien pobre en la sicología medieval y por cierto y como no podía ser de otro
modo, en el pensamiento del aquinatense; es más no se ha encontrado en ninguno
de los escolásticos vestigios del desarrollo de la imaginación creadora, factor
y atributo tan importante, clave y vital en el verdadero Arte.
Sobre la
belleza o la Estética propiamente dicha, encontramos que los escolásticos
consideraban que los juicios estéticos son juicios utilitarios que se apoyan en
consideraciones éticas.
El Trivium y el Cuadrivium
Que quede
claro que fueron los intelectuales estéticos
de la Edad Media quienes se ocuparon de establecer el sistema de las Artes, y
para ello, hicieron la división de las artes, en siete ramas, agrupadas en el trivium y el quadrivium.
El trívium
se encarga de estudiar las artes teóricas como la dialéctica, la lógica, y la
gramática; mientras que el quadrivium estudiaba las artes poéticas y las artes
prácticas, tales como la aritmética, la geometría, la música, y la astronomía. Y
este sistema de las Artes medieval, prevalecería firmemente hasta el siglo XII.
Es bueno
precisar aquí, que existía una tercera manifestación en este sistema de las
Artes, --y estamos a fines de la Edad Media--, y se les llamaban artes
liberales, donde se consideraría y estudiaría la afectividad, el sentimiento y
la delectación estética que bien pueden coordinar, colaborar y confundirse con la
creación intelectual. A las artes liberales bajo comento, también se le consideraba
como ancillae theologiae, y eran permitidas
para los legos, pero nunca a los clérigos quienes debían atenerse exclusivamente
a la contemplación de Dios y al estudio de los Santos.
Entonces, la
contemplación del arte para la escolástica, es delectación en el arte humano, que
les está absolutamente prohibido a los clérigos, solamente podía gozarlo la
sencillez del pueblo, esa combinación de placer estético e intelectualidad, es
el que abrirá las puertas para que llegue la modernidad racional y profundice
sobre el punto.
Repetimos,
que todavía no hay en el Medievo una estética propiamente dicha, ya que el
desinterés, que sería el rasgo principal y esencial del Arte, se desconocía absolutamente.
En el medioevo, todavía el arte se confunde o se imbrica, por un lado con el
oficio profano, y por el otro, con la contemplación divina que mira hacia el
paraíso, y utilitaria también ella.
Está claro
que lo bello era llevado, y todavía pertenecía y encadenada, a la teología,
mientras que la teoría del arte, era encasillada y estaba enclavada en la técnica.
Como ya lo desarrollamos, la teoría de lo bello y su correlato, la teoría del
arte, como filones de la estética tomista, no logran unirse nunca y conformar
unidad alguna.
GIOTTO y CENINO CENNINI
Entre los grandes
artistas de la Edad Media, deben relievarse en primer lugar, al Giotto y a Cennino
Cennini que, son considerados a la vez, los últimos grandes del medioevo y los
primeros de la Edad Moderna.
El gran
Giotto (1266-1336), fue coevo y muy amigo del Dante (1265-1321), Giotto es un
maestro de la virtud plástica y crea toda una gran escuela pictórica.
Giotto, es
un consumado realista, y su escuela y tendencia pueden apreciarse fácilmente en
sus figuras y en la humanidad apasionada que ilustra en sus inmortales cuadros.
Ostensiblemente nos impactan los primeros ensayos de perspectiva y de disminución
gradual de las magnitudes que muestra, y por cierto, no es absurdo pensar que la
virtud plástica y casi alucinada de su amigo el Dante, hayan exaltado
pictóricamente al Giotto al inspirarse y plasmarlo, en los frescos tan poderosamente
concebidos y mostrados por el célebre pintor bajo comento.
El Dante y
el Giotto vivieron en la gran Roma del gran año jubilar del 1300, con todo el dominio católico que se desarrollaba
en su evo. No lo olvidemos, el arte del gran Giotto es arte de síntesis y de
simplificación, y porque no decirlo, de
estilización, pero no es verismo.
Está muy
claro que en las obras pictóricas del gran Giotto, es la humanidad la que
prevalece palmariamente en su obra. Se puede decir que toda la Edad Media se
halla allí retratada con los valores espirituales de rigor, y con toda su
despreocupación, muy propia del convicto.
Solamente
el moderno Leonardo Da Vinci, puede ser comparado e igualado con la mente
artística poderosa, en la inteligencia y en la conciencia lúcida en la
innovación. El arte de Giotto, sin lugar a dudas, es portentosa para el pensamiento
y la intención estética. Su arte es magnético evidentemente, es arte
especulativo de la mejor talla y fuste.
Giotto
hizo escuela, como ya lo adelantamos, los pintores giottistas son discípulos fieles
que continúan la tradición dejada por su maestro; esas corporaciones de
artistas se manifiestan pujantemente sobre todo en Florencia antes de 1350,
donde aparecen compañías de pintores, organizados corporativa y jurídicamente. Demás
está reseñar aquí, que los encargos son casi exclusivamente religiosos.
Los pintores
de la época, por cierto que estaban al servicio de la filosofía
y de la teología
católica.
El gran
Cennino Cennini (1360-1440) es, no solamente pintor de la famosa escuela florentina,
sino también el autor de un valioso e inmortal Tratado de la pintura, y escrito
en 1437 y publicado en la Roma de 1821.
Para
Cennini el Arte consiste principal y cardinalmente en la imitación de la
naturaleza, pero es necesario también, someterse a la dirección y guía de un
maestro, ya que es este el camino para adquirir un estilo. El arte, entonces,
debe corregir la imitación de la naturaleza mediante el estilo y solamente el
estilo, y por cierto, el estilo se logra y se obtiene mediante la imitación de
la naturaleza.
Cennini es,
el discípulo más adelantado y fiel del gran Giotto; trabajó con Taddeo Gaddi, y
precisamente Giotto había introducido en
la pintura medieval la técnica del rigor en el dibujo, que antes era
desconocido.
Las artes
plásticas se hacen alegóricas en el transcurso de la Edad Media, debido a la
creatividad e ingenio de los artistas y acaban por representar abstracciones
varias.
No
solamente eso, los poetas medievales se esmeraron, en sus novelas, en describir
minuciosamente cada objeto de su obra literaria, tales como los cuadros de
batalla, de caza, de festín. Esta descripción cuidadosa y poética, por cierto
que rivalizará con la pintura, y la alegoría en las artes plásticas corresponde
exactamente a la descripción en las artes literarias, ya estamos así en los
interiores de concepciones estéticas muy claras en el arte, ya hay escuela
estética como río de fondo, aunque no se hayan sistematizado intelectualmente
en tratados.
(Fin de la
cuarta parte)
Lima, 13
de diciembre del 2015
Jaime Del
Castillo Jaramillo
Abogado
egresado de la U.N.M.S.M. con más de 25 años de ejercicio profesional y cuenta
con estudio jurídico abierto; politólogo con más de 20 años de ejercicio
profesional; periodista, fundador y director del programa radial y televisivo
‘Yo, Sí Opino’ (censurado en TV y cerrado cinco veces en radio); Maestría en
Ciencia Política con la tesis “Pensamiento Político peruano insuficiente y
epidérmico causa de nuestro subdesarrollo político”; Post Grado internacional
en Ciencia Política otorgado por la UCES – Universidad de Ciencias
Empresariales y Sociales de Buenos Aires-Argentina graduado con la tesis:
“Crisis terminal de los Partidos Políticos en el Perú”; catedrático
universitario de ‘Historia del Pensamiento Político”, “Filosofía Política”,
“Metodología de la investigación en Ciencia Política”, “Realidad Nacional”;
“Análisis Político”, “Ciencia Política”, etc.; blogger, comunicador social,
articulista y conferencista.
http://fororepublicanoperu.blogspot.com
@jaimedelcastill
yeagob2@gmail.com
https://www.facebook.com/jdelcastillojaramillo
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