Sonero, rumba, mambo y cha cha chá proceden de la música
española. Cabildos de Nación africanos en Cuba,
asimilaron influencia francesa. Géneros musicales de raíz europea nacidos en
Cuba. Parte VI
Por: Jaime Del Castillo Jaramillo
Para Odilio Urfé, son notables, fuertes y
ostensibles las influencias directas españolas en la música cubana: en primer
lugar el zapateo, en segundo lugar
la guajira, y en tercer lugar el punto y los romances, y a ellos Urfé
no los considera auténticamente cubanos, pues ellos son, “géneros
supervivientes donde la influencia española se hace sentir en la música cubana.
La famosa cadencia guajira y ciertos giros melódicos de raigambre folklórica
española, unidos a otros populares provenientes del teatro lírico costumbrista
hispánico, constituyen el mejor y mayor aporte a nuestro acervo”.
Ibid., p.14. No solamente eso, nuestro aludido experto Urfé, se cuida bien en precisar nítidamente, que casi todas las
manifestaciones y géneros musicales cubanos muestran de alguna forma o de algún
modo presencia y sustanciación particular de influencia española.
Así mismo,
el maestro Urfé de la referencia, carga
las tintas y le da mayor argumentación a su idea central, --y que es la
comprobación de mis hipótesis de trabajo desde un inicio, si es que se ha
seguido mis envíos desde el comienzo--, Odilio
Urfé en pocas palabras nos dice que la música
cubana, --y en última instancia la SALSA nacida en New York en los años
70’--, es en su núcleo y en su esencia: española
o hispana, y que de africano casi no
tiene nada, leamos su contundente afirmación en forma taxativa y expresa y en
los siguientes términos: “entre los géneros cubanos más
influidos por los elementos musicales hispánicos directos [...] la clave, el
pregón popular callejero, la guajira-son y especialmente la rumba, en sus tres
principales variantes: el yambú, la columbia y el guaguancó”. Ibid.,
p.15.
Vale decir
pues, --y a la luz del revelador párrafo ut
supra de y por la gran autoridad del maestro Urfé--, la universal clave
cubana criolla, deviene y tiene ascendencia o proviene de la influencia
española, y la clave cubana es el
corazón de lo que hoy se llama Salsa
a partir de New York de los años 70’ a la fecha, se podrá cambiar cualquier
instrumentación y se podrán hacer arreglos y adiciones o fusiones a la salsa,
pero la clave cubana proveniente
desde inmemoriales siglos en Cuba, sigue sonando y sigue presente y muy central
y es el núcleo en lo que hoy conocemos como Salsa.
No solamente
eso, sino que, -- y siempre basándonos en el párrafo Ut Supra del maestro Urfé--,
el sonero cubano, tiene su
antecedente directo y centralmente en el pregonero
popular callejero español, no hay influencia africana de ningún tipo en ese
personaje central de la música criolla cubana: el sonero, igual podemos decir de la Rumba.
Odilio Urfé dejó por escrito su
importante y esclarecedora clasificación de la música cubana, inclusive dejó
señalados y consignados los tipos de música, con el título de “Nomenclatura general de la música folklórica, popular y vernácula
cubana y sus supervivencias españolas y africanas”, Ibid., pp.
20-21., en la tal nomenclatura musical, el maestro Urfé incluye hasta cincuenta
géneros musicales, con sus variantes, entre otras manifestaciones y vínculos a
categorías musicales mayores, así tenemos lo siguiente:
•
Influencias españolas
•
Influencias africanas
• música
folklórica
• música
popular
- i
géneros instrumentales
- ii el
cancionero
- iii
danzas cantadas
• música
vernácula
• influencia
haitiana
Urfé, aparte de ser un
organizador nato de eventos multitudinarios del folclore de la música cubana en
general, pues ayudó no solamente al mundo, sino a Cuba misma a establecer bien
los lazos y vínculos musicales y la creación criolla neta cubana, por ejemplo
nos informó que en los Cabildos de
Nación, que eran agrupaciones de negros africanos, también ellos recibieron
la influencia directa francesa,
porque se verificó la existencia de la Tumba
Francesa, muy diferente a la tumba
Carabalí Izuama. Así lo podemos comprobar en el texto, Odilio Urfé: Primer Festival
de Música Popular Cubana. Notas al programa “Los cabildos
afrocubanos” (La Habana) Consejo Nacional de Cultura, 19 de
agosto de
1962.
No
solamente eso: Los cabildos de nación,
con el tiempo dejaron de ser tales, ya no se les podía llamar “de nación”, porque la división entre las etnias africanas desapareció, y se
abrieron a la mezcla y fusión
interétnica y plurigeneracional,
por lo tanto el elemento criollo musical cubano primará en esos nuevos “cabildos de fusión”.
Acabados y
abandonados y desfasados los ‘Cabildos
de Nación’ entonces aparecen los emergentes ‘Cabildos de
fusión’ y fue en esta mezcla
y fusión que se gestó, y llega a dominar la presencia criolla cubana negra, con
todos nacidos en la Isla; y la presencia musical criolla se hace entonces más
fuerte y más intensa.
Odilio Urfé, como no podía ser
de otro modo, se refirió al mal llamado “cabildo” El Alacrán, cuando en términos justos es simplemente una comparsa típica, que fuera fundada por criollos
y hombres humildes a principios de la primera república, y que era fiel
representación de la fusión e integración de los valores artísticos más
esenciales del folklore africano.
En puridad
de verdad, la comparsa típica El Alacrán
fue iniciativa y brío criollo cubano
que no africano, y cuando se prohibió la salida de los cabildos africanos en la festividad del Día de Reyes. Ibid. [s/p]
El tantas
veces aludido maestro Odilio Urfé,
avanzó mucho más allá, y como perfecto conocedor y practicante pianista
consumado del danzón, y además
director de orquesta, pues estudió a profundidad y detalles, las amplias,
firmes, y enormes implicancias del mencionado Danzón en la música cubana a posteriori.
Recordemos
que el Danzón cubano tuvo sus etapas
doradas como género, y que van entre 1875 hasta 1950, y en ese largo período
musical permeó la piel, venas y arterias de toda la música cubana posterior,
hasta estelares dimensiones de lo inmortal, no otra cosa es la expresión y
gestación del mismo jazz cubano y
sobre todo su exitosa expansión desde mediados del siglo XX, con sus grandes
exponentes universales Frank Emilio
Flynn, Chucho Valdés, Emiliano Salvador, Gonzalo Rubalcaba, Ernán López-Nussa,
etc., inclusive, abarcando las creaciones no necesariamente jazzísticas pero
muy valiosas, como las del maestro José
María Vitier, entre otros.
Urfé afirma categóricamente que
del Danzón cubano de la referencia, se desprenden el famoso y universal mambo y el chachachá, específicamente dijo que el mambo y el chachachá son “derivaciones estilísticas y rítmicas del danzón”, Ibid. El mambo, según Urfé nace con el histórico
danzón de Orestes López titulado
“Mambo”, esta composición original dentro del
patrón del danzón transformó absoluta y plenamente el formato y el estilo y la
forma de ejecutar los danzones en lo
futuro, sobre todo debido a los elementos sincopados que genialmente Orestes López le aplicó a su
composición de la referencia y que se verifica en la última parte de la obra
referida.
Fue el pueblo
cubano quien ingeniosamente completó la coreografía en las pistas de baile por
los años 1940 a 1950, y la mejor orquesta interpretativa del nuevo ritmo fue
sin lugar a dudas la orquesta de Arcaño
y sus Maravillas, con sus maestros músicos, y sus esclarecidos
compositores, quienes estaban en abierta competencia con la famosa orquesta Ideal de José Valdés los
mismos quienes fueron dignos creadores de la variante del mambo, cuyo título
era “Mambo Manzanillo”, también se tiene que
considerar al Conjunto de Arsenio
Rodríguez, el ciego maravilloso, quien fuera el primero en ejecutar el
mambo bajo el formato musical de conjunto;
asimismo, no se puede dejar de lado a la banda de Julio Cuevas, cuyo pianista y orquestador el célebre René Hernández, llevó el género del
contagioso y rítmico mambo a esta
agrupación instrumental internacional.
Pero, sin
lugar a dudas de ningún tipo, fue el famoso danzón “Almendra”
autoría de Abelardo Valdés para 1940,
el que se consagra como el danzón-mambo
más popular, alcanzando inclusive proyecciones universales. Por su parte, el
gran pianista Frank Emilio
desarrolló mediante un “combo” musical el
estilo de mambo instrumental, que ya había sido consagrado por los grandes
maestros músicos cubanos Bebo Valdés
y Dámaso Pérez Prado. Ibid.
El maestro
Odilio Urfé de la referencia,
desarrolló su tesis del origen danzonero del mambo, desde el lejano 1948,
inclusive escribió sendo artículo titulado: “La verdad sobre el mambo”,
y publicado para Inventario. Mensuario polémico de Arte y Literatura (La Habana)
a.1, n. 3, junio de 1948; y esa posición la mantuvo siempre el tantas veces
mencionado Urfé.
Sobre el chachachá, --siempre con el experto Urfé--, afirma el origen danzonero del
mencionado chachachá, y a partir de
la contradanza francesa como su sólido
género matriz. Fue el maestro Enrique Jorrín, compositor destacable
de inspirados danzones, y la popularísima orquesta
Aragón de Cienfuegos, los máximos cultores.
Enrique Jorrín es el creador de la forma musical y del
estilo melódico chachachá, y que se
hizo escuchar por primera vez, vía el tema “La engañadora” la
misma que recoge y consagra el estilo ya anunciado por el aludido maestro Jorrín en su previo danzón “Silver Star” (1947) clasificado genéricamente por el pueblo
bailador como cha-cha-cha, o sea,
como un pasillo bailable del danzón-mambo, creado fonética y
coreográficamente por el pueblo, que lo llamó chachachá para referirse a “La engañadora” y, después llamó así a todas las
composiciones musicales de ese estilo, y la palabra chachachá, proviene en específico: de la onomatopeya del sonido de
los pies al frotar la pista de baile con el pasillo del danzón mambo de la
referencia: cha-cha-cha.
Es obvio que
en el tema “La engañadora” de la referencia, se puede
notar inmediatamente la influencia del schotis madrileño,
nos referimos a su tiempo o aire pomposo que se acomodó perfectamente a los
elementos rítmicos que se ajustan instrumentalmente en la charanga cubana.
(Fin de la sexta
parte)
Lima, 10
de mayo del 2016
Jaime Del Castillo
Jaramillo
Abogado
egresado de la U.N.M.S.M. con más de 25 años de ejercicio profesional y cuenta
con estudio jurídico abierto; politólogo con más de 20 años de ejercicio
profesional; periodista, fundador y director del programa radial y televisivo
‘Yo, Sí Opino’ (censurado en TV y cerrado cinco veces en radio); Maestría en
Ciencia Política con la tesis “Pensamiento Político peruano insuficiente y
epidérmico causa de nuestro subdesarrollo político”; Post Grado internacional
en Ciencia Política otorgado por la UCES – Universidad de Ciencias
Empresariales y Sociales de Buenos Aires-Argentina graduado con la tesis:
“Crisis terminal de los Partidos Políticos en el Perú”; catedrático
universitario de ‘Historia del Pensamiento Político”, “Filosofía Política”,
“Metodología de la investigación en Ciencia Política”, “Realidad Nacional”;
“Análisis Político”, “Ciencia Política”, etc.; blogger, comunicador social,
articulista y conferencista.
http://fororepublicanoperu.blogspot.com
@jaimedelcastill
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https://www.facebook.com/jdelcastillojaramillo
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