lunes, 21 de agosto de 2017

Count Basie revolucionó el Jazz con su piano elegante y su blues original. La mejor sección de vientos del Jazz la tuvo Basie y de Kansas vino a conquistar New York. Historia del Jazz. Parte XXXVIII










Count Basie revolucionó el Jazz con su piano elegante y su blues original

La mejor sección de vientos del Jazz la tuvo Basie y de Kansas vino a conquistar New York. Historia del Jazz. Parte XXXVIII




Por:    Jaime Del Castillo Jaramillo







Texas, fue un gran emporio no solamente para la corrupción, las actividades licenciosas y las ganancias multimillonarias, con la droga, el baile, la prostitución, el alcohol y por cierto: el Jazz, imperio de la licencia y la maña, bajo la supervisión del corrupto Alcalde Tom Pendergast (el mismo que fuera detenido para 1938 y condenado a 1 año y 2 meses de prisión por el delito de evasión de impuestos).






Y todo ello sucedió en plena época de la dura y terrible depresión económica nacional, por lo tanto, muchos músicos de jazz, tanto de New York como de otras latitudes, prontamente huían a Texas en busca de mejores condiciones, situaciones y posiciones; en ese alegre y licencioso ambiente destacó un músico muy relevante, el gran Bennie Moten, quien tuvo una excelente orquesta, la Bennie Moten´s Kansas City Orchestra el mismo que tuvo un gran carisma y hasta para animar se desarmen otras orquestas, a fin de fichar a sus mejores músicos en desbande, tal como fue el caso por ejemplo, con los Blue Devils del virtuoso Walter Page, gran maestro músico multi-instrumentista y formado en la universidad, con justicia se le puede denominar como el revolucionario del bajo del Jazz.





De los excelentes músicos talentosos e integrantes de Los Blue Devils y que se pasaron a la gran orquesta del maestro Moten, podemos consignar a Count Basie, Lester Young, Eddie Durham, Jimmy Rushing, Hot Lips Page y Buster Smith y hasta su líder el voluminoso Walter Page, el mismo que se unió a su formidable competidor Bennie Moten.







Moten era, sin lugar a dudas, el sonido neto y nato del jazz de Kansas City. Lamentablemente, atiborrado de trabajo y actividad musical, Moten se debilitó y convaleció, viajando a cierta presentación de su orquesta en Denver, lo operaron de urgencia y de inmediato, pero murió en la sala de  operaciones a sus escasos 40 años. El joven pianista Count Basie haría otra orquesta con la mayoría de los músicos del finado Moten.





Moten grabó en casi una década, puros éxitos y era el rey de los bailes y de la música, junto al gran Moten estuvieron grandes músicos que luego serían estrellas universales, uno de ellos por ejemplo, fue el joven pianista Count Basie y líneas arriba he mencionado a otros. Recordemos algunos grandes éxitos de Bennie Moten tales como:



“Toby”,






“Prince of Wails”,






“The Blue Room”






o


“Moten Swing”.










El joven pianista de la gran estrella del jazz de Kansas, Bennie Moten, fue el antes mencionado, William “Count” Basie quien nació en Red Bank, Nueva Jersey, un 21/08/1904, y creció en un barrio de clase obrera. Tuvo una fuerte influencia del stride de Harlem, aunque no le fueron ajenos otros ritmos musicales vernáculos; le atraían fuertemente las pianolas, las carteleras teatrales, las ferias, etc, etc., sentía que había nacido para los espectáculos y la música.





Estudió piano en su casa por insistencia de su progenitora, quien lavaba ropa ajena para agenciar la modestísima economía de su hogar. Aun así, Count Basie era baterista, pero su talentoso amigo Sonny Greer (posterior exitoso baterista, del gran Duke Ellington) le sugirió enfocarse en el piano, ya que tenía condiciones para ser un gran pianista.






Cuando Basie se dio cuenta que sus técnicas de piano eran excelentes, decidió dedicarse de lleno a la profesión de pianista; obviamente que la privilegiada y exuberante vida nocturna musical de New York estaban a la mano y prácticamente, ofreciéndole fajos de dólares por su talento, no lo pensó mucho y tomó el rumbo que lo llevaría al éxito absoluto.




Como no podía ser de otro modo, se codeó con los reyes del piano en New York, tales como los geniales James P. Johnson, Willie the Lion Smith y Fats Waller, es más, el mismo Basie ha reconocido que el carismático Fats Waller fue su mentor y mayor influencia en materia de Stride Piano y por cierto, fueron buenos amigos.





A pesar de su gusto y profundos conocimientos del Stride Piano, el buen Basie se dejó dominar por el blues. Sobre todo a partir de una gira que hizo por Kansas City y admiraba a grandes pianistas del blues como Pete Johnson (compositor que para 1922 a 1926, toca batería en varias orquestas, incluyendo la de Louis "Good Bootie" Johnson, quien lo animó a tocar el piano, nació un 25/03/1904, en Kansas City, Misuri y fallece un 23/03/1967, en Búfalo, Nueva York) y Jay McShann (James Columbus McShann fue director de orquesta,  nació un 12/01/1916, en Muskogee, Oklahoma y fallece un 07/12/2006, en Kansas City, Misuri), aprendiendo de ellos e igualándolos en poco tiempo, ejecutando un blues original y conceptuoso que cambiaría el curso del poderoso río del jazz en New York.





El gran Count Basie es uno de los más originales y grandes intérpretes de piano de la historia del jazz, su depurado estilo melódico y elegante, lo posiciona como el pionero en su estilo y escuela. Con el maestro Basie tenemos a un piano que deja de correr y agitarse y gritar y ahora el aplaudido piano de Basie comienza a recitar poesía, a conversar y a musitar cosas bonitas o también, a silenciar cosas bellas. 





Pero el genial Basie no era solamente un pianista original y auténtico, sino que sumaba dotes de visionario de la música y de la dirección orquestal y estuvo a la par que sus contemporáneos y grandes directores musicales Duke Ellington y el gran Bennie Goodman, de hecho, tenía la facultad de liderazgo nato y de motivación proyectada hacia sus colegas músicos, tal como lo percibieron los maestros Moten como Lester Young, Walter Page, Herschel Evans, Buster Smith y Hot Lips Page.





El gran Basie cuando tuvo su propia orquesta, pudo fichar a grandes músicos, como el maravilloso baterista Jo Jones y el efectivo guitarrista Freddie Green y en la parte rítmica que tanto le interesaba, llegando a ser la sección musical de Big Band más cotizada y destacada de la era del Jazz de su tiempo.






No solamente eso, la influencia pianística de Count Basie fue muy fuerte y fértil e hizo posibles las bellezas del teclado en la  mano izquierda de Bud Powell o los inspirados silencios de Thelonious Monk, así mismo, influyó en el original estilo saltarín de Kenny Clarke o el de Max Roach a la batería, quien recoge también, la herencia del gran Jo Jones.





Indiscutiblemente que la orquesta del gran Basie era un emporio de talentos musicales. El genio de Lester Young brilló con sus maravillosas improvisaciones con Basie. Tampoco se puede y debe dejarse pasar por alto, la excepcionalidad del saxo tenor de Herschel Evans con su poderoso sonido y su tosco fraseo, siendo el creador del expresivo y visceral “gemido de Texas”.





Las creaciones maravillosas de ambos saxos y antes mencionados, brillan en los temas: Blue and Sentimental”,






o el rítmico “Doggin’ Around”






y el triunfador “One O’Clock Jump”.







Lamentablemente Herschel Evans murió prematuramente para 1939 y a sus escasos 30 años, de hecho, estaba llamado a superar al gran maestro Lester Young como saxofón tenor.




Indiscutiblemente y como se ha dicho ya, la Big Band de Count Basie tenía la mejor sección de vientos de su evo, no había competencia al frente del gran maestro Basie, pese a la calidad compositiva de la Big Band de Duke Ellington o la excepcionalidad instrumental de la banda de Goodman.





Como es fácil colegir entonces, los empresarios disqueros y de espectáculos, viajaron a Kansas para escuchar personalmente a la famosa banda de Basie, fue así como John Hammond para 1936, estuvo al frente y escuchando en directo a la Big Band del mencionado Count Basie, también le siguieron los pasos Dave Kapp, del poderoso sello Decca y del mismo modo, Joe Glaser, el exitoso representante del gran Louis Armstrong, (quien aprovechó para contratar al gran Hot Lips Page); no se quedó atrás tampoco, Joe Belford, el conocido gerente del Roseland Ballroom de Nueva York.





En breve tiempo, el astuto Hammond conectó al genial Basie con el agente de contratación Willard Alexander y por su lado, Kapp fichó al director musical Basie para el sello Decca y en menos de lo que canta un gallo, la Big Band de Basie ya estaba sonando en la Ciudad que nunca Duerme, siendo la atracción principal del afamado Roseland Ballroom.





Es inolvidable y paradigmática, la sesión de grabación que hizo Count Basie en Chicago y antes de llegar a La Babel de Acero y con un pequeño combo, auspiciado por el célebre y dinámico manager John Hammond antes mencionado y bajo el nombre ficticio de Jones-Smith Incorporated a fin de burlar el contrato firmado con la reconocida casa disquera Decca.






En dicha grabación ya se escucha al maestro Count Basie, con su acabado estilo elegante y melódico. El impecable y rítmico bajo de William Page. Siendo el maestro Lester Young quien destaca con un excepcional y paradigmático solo de saxo tenor en el tema “Oh, Lady Be Good”.






Count Basie fue devorado por los críticos especializados cuando empezó a tocar en la Ciudad que nunca duerme, porque de 8 músicos pasó a 13 y obviamente que se sintió el lento acople en los vientos, pero, eso se superó. Cuando terminó su contrato con el Roseland Ballroom, inmediatamente empezó a grabar con la disquera Decca y hasta por 2 años. Fue en ese período que el maestro Basie cambia el curso del sendero del Jazz y empieza a producir su blues original, ahí están los temas “One O’Clock Jump”






y “Good Morning Blues” que lo prueban ampliamente.






En dichas grabaciones con el sello Decca, la orquesta de Basie contó con la trompeta de Harry Edison y el trombón de Dicky Wells, además del saxofonista Earle Warren quienes imprimieron potencia y respeto a la Big Band del maestro Basie bajo comento; posteriormente se une el guitarrista Freddie Green, quien se acopló perfectamente a los grandes maestros Basie, Jo Jones y William Page.






Para 1939 y 1940 Basie ya tenía la mejor Big Band de New York y graba más éxitos, pero ahora con el inquieto y hábil John Hammond, ahí tenemos los temas “Taxi War Dance”,







o también el agitado “Clap Hands, Here Comes Charlie”







y el bello “Tickle Toe”









(Fin de la parte XXXVIII)


Lima,  21 de agosto del 2017

Jaime Del Castillo Jaramillo

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