miércoles, 8 de marzo de 2017

Henderson el taciturno revolucionario de la era Big Band. Henderson educado en música culta europea, revolucionó el jazz de su tiempo y poseyó un Dream Team musical aún insuperado. Historia del Jazz. Parte XXIX





Henderson el taciturno revolucionario de la era Big Band

Henderson educado en música culta europea, revolucionó el jazz de su tiempo y poseyó un Dream Team musical aún insuperado. Historia del Jazz. Parte XXIX




Por:    Jaime Del Castillo Jaramillo






El primer nombre que debemos aquí mencionar, para adentrarnos en el sonoro y luminoso discurso de las Big Bands, es definitivamente el del genial maestro Fletcher Henderson, relevante pianista y arreglista, así como personaje clave para entender la consolidación y desarrollo de la era de las "big bands".



No lo olvidemos, el maestro Henderson nació un 18/12/1897, en Cuthbert, Georgia (falleció un 29/12/1952, en Nueva York,), en medio de facilidades o cuna acomodada y, fue  su propia madre, --la misma que se desempeñaba como profesora de piano--, quien le inculcó el amor por las blancas y las negras y además, le reveló los secretos del piano. Y con esos profundos y sólidos conocimientos pianísticos, el maestro Henderson contribuyó a burilar y fijar el sonido primero de las big bands de los locos años 20’.




En verdad, el maestro Henderson se inspiró y bebió del arte popular de su tiempo (a pesar de su formación clásica musicalmente hablando), Henderson observó mucho y bien, las corrientes de baile y sus causas profundas soldadas a sus técnicas musicales, además, escuchó atentamente y con método, la música popular que imperaba en la Gran Manzana de su coyuntura: música en y de las pletóricas y bulliciosas salas de juego; del siempre variopinto Tin Pan Alley; del colorido e inquieto Broadway y de los sorprendentes y novedosos espectáculos de variedades; así como el sonido pletórico, pícaro y especial de las bandas de Rag  provenientes del Noreste; todo ese grueso bagaje cultural, artístico y musical, fue bien aprendido, absorbido y observado atentamente y con método, --vuelvo a repetir--, por el calificado maestro Henderson quien luego será el que establezca el formato musical que dará personalidad y estilo y swing y en notable cambio radical, a  la orquestación de jazz americana.



Henderson en verdad, (de carácter pausado, reservado y modesto, con un temperamento y formación intelectual, no guardaba los requisitos para ser un revolucionario del Jazz y muchos se equivocaron juzgando su apariencia externa, más no su inteligencia y sagacidad musical), no fue influenciado directamente por el jazz o por las bandas de Chicago o Nueva Orleans de su tiempo, (eso explica perfectamente, porque no apreciaba mucho al genial jovencito Louis Armstrong, integrante de su poderosa banda como segunda trompeta)



La formación del joven pianista Fletcher, fue fundamental para destacar sólidamente en el nuevo jazz que se avizoraba; toda vez que nació en el seno de acomodada familia negra, donde la música europea culta era parte de su formación obligatoria y necesaria por disposición de sus padres, de esa forma lo mantuvieron alejado del popular rag y el blues y ello fue gravitante y fundamental, para afinar y refinar el espíritu y la educación artística del futuro gran maestro del Jazz:  Fletcher Henderson.



De profesión académica, fue Químico y matemático, con título expedido por la Universidad de Atlanta y cuando se muda a la ciudad de Nueva York, da rienda suelta a su vena artística y musical y se dedica a componer canciones para la casa Music Company que era una conocida editora musical, con propietarios de raza negra y donde le pagaban veintidós dólares y medio a la semana. Su calidad y originalidad se notó inmediatamente en sus obras musicales, precisamente por ello fue inmediatamente contratado como jefe supervisor y organizador de sesiones de grabación en la conocida casa discográfica de Harry Pace Black Swan.



Su fama de buen pianista, arreglista y compositor fue creciendo rápidamente dentro del mundo musical competitivo de New York y por ello fue aceptado inmediatamente, para integrar una orquesta de baile del muy concurrido Club Alabam, en el número 44 de la  West Street. Esa orquesta y ese local prontamente le quedaron pequeños, debido a su fama de excelente músico y por ello fue llevado a otro local de baile, mucho mejor y más exclusivo, se trataba del elitista establecimiento Roseland, un lujoso local que se convertiría en el palacio de baile de la crema y nata de Nueva York y por cierto, que era la envidia nacional.



El maestro Henderson, astutamente, aprovechó la exclusividad de ese local y su distinguida concurrencia y empezó a experimentar musicalmente, creando nuevos ritmos y estilos jazzísticos buscando siempre la comodidad, alegría y emotividad del bailador,  sabía bien el maestro Henderson que su música nueva y bien hecha y por el importantísimo local donde se encontraba, así como por su distinguido público, en breve, impondrían a nivel nacional los nuevos ritmos y estilos del jazz y nunca se equivocó.



Mucha gente se equivoca con la personalidad de Henderson, ya que algunos lo critican por no asumir poses de líder de orquesta, inclusive lo han comparado a Henderson con el gran Duke Ellington, quien era un magnífico director de músicos, sin desmejorar su gran oído para escoger la mejor instrumentación musical; otros lo han comparado con el genial Benny Goodman, quien posteriormente usaría los excelentes arreglos de Henderson para elevar su popularidad con el público.



Pero, muchos se han equivocado o no han valorado correctamente al gran genio musical Fletcher, porque, en verdad de verdades, Henderson era taciturno y modesto, pero sin dejar de ser fríamente inteligente y astuto para convencer y convocar a excelentes maestros de la música en cada instrumento de su orquesta y dejarlos que ellos suelten y discurran libremente su arte, mientras él se colocaba atrás de ellos, eso es lo que dicen los hechos probados y comprobados, toda vez que el gran maestro Henderson como director de orquesta tenía un espectacular y solvente y magistral plantel de músicos en su orquesta. Ni siquiera el genial Duke Ellington pudo convocar y tener la cantidad y calidad de músicos, que si mostraba modesta y silenciosamente el maestro Henderson en su excelente Big Band.



Por ejemplo, cómo olvidar la legendaria sección de saxofones de Henderson integrada por los grandes maestros de maestros Coleman Hawkins, Lester Young, Ben Webster, Chu Berry y Benny Carter, quienes eran los 5 colosos del saxofón norteamericano: insuperables, maravillosos e inigualables.



Y por si fuera poco, Henderson tuvo como sus ilustres hidalgos del metal, al mismo maestro de maestros y genial Louis Armstrong, también estuvieron los inigualables: Roy Eldridge, Henry “Red” Allen, Rex Stewart, Tommy Ladnier, Dickie Wells, J. C. Higginbotham, Joe Smith, Benny Morton y Jimmy Harrison. Vale decir, los mejores metales de todo el país y el mundo jazzístico del momento, esa línea metálica ni siquiera la pudo ostentar el mismo Miles Davis, ni el gran Count Basie, menos Art Blakey o el antes mencionado Benny Goodman.



(Fin de la parte XXIX)



Lima, 08 de marzo del 2017

Jaime Del Castillo Jaramillo

http://salsaconcausa.blogspot.com
@jaimedelcastill
yeagob2@gmail.com
https://www.facebook.com/jdelcastillojaramillo



No hay comentarios:

Publicar un comentario