Por: Jaime Del Castillo Jaramillo
JAZZ
MODERNO A PARTIR DE LOS AÑOS 40’
BEBOP:
REVOLUCIÓN MUSICAL
El jazz,
siempre fue singular y especial arte progresista, que sumaba o fusionaba
continuamente nuevas técnicas, diferentes armonías e infinidad de ritmos y
melodía, sin importar si eran sencillos o
complejos: Esa es la esencia y la matriz y la personalidad real y
verdadera del JAZZ, o sea, Libertad y Creatividad y buen gusto.
Pero, el
camino nunca fue fácil, el racismo y la diferencia de segmentos sociales y
económicos fue el principal enemigo del Jazz, en suma, el Jazz sufrió mucho,
por un lado, eran las críticas crueles y despiadadas de las clases poderosas o
pudientes, contra la música de los negros o mejor dicho, de los pobres
hambrientos y desarrapados; de otro
lado, eran los mismos negros “superados” quienes criticaban a otros negros pobres
por desarrollar música atrevida o insoportable o insulsa, dependiendo la
coyuntura o los humores, en verdad, no fue fácil, nada fácil, pero la
creatividad estaba ahí, y era el principal insumo y el enamorado corazón de la
música jazz.
Con la
música pura del Jazz: el espíritu de progreso, de libertad, de competencia, de
calidad, de creatividad y de coraje, estaba más fortalecido que nunca, siempre
vital, siempre fresco, siempre inteligente.
Fueron los
durísimos años cuarenta y en medio del fragor de la II Guerra Mundial, cuando
el Jazz cambió para siempre, porque tomó cuerpo, forma, técnica, y pensamientos
diferentes y superiores, el Jazz se modernizó en esa década gloriosa. Fue una
coyuntura global de crisis, angustia, guerra y necesidades.
El germen
vital, estuvo en las desenfadadas, alegres y noctámbulas Jam Sessions; pero también, en las
agotadoras, rudas y lejanas giras de los grupos musicales itinerantes, ellos
eran los verdaderos pioneros, quienes con oreja abierta y despierta, y con ojos
avisores, estaban atentos a nuevos ritmos, voces, estilos, técnicas y
personajes del mundo musical, y esos anónimos y valiosos aportes, los iban
sumando a su acerbo, en su rodar y rodar por los polvorientos caminos de su
destino hacia adelante y haciendo Jazz itinerante.
En esos
tiempos, para las bandas musicales itinerantes, no interesaba ganar dinero, o
hacer comercio con la música, lo que interesaba era comer y divertirse, o mejor
dicho sobrevivir con la música a cuestas o morir con la música como compañera
fiel. Eran coyunturas duras, rudas y la música buscaba no morir, buscaba
simplemente sobrevivir.
Obviamente,
que la prensa escrita, ni los miraba, ni los apreciaba, ni los comprendía, por
eso hay poca documentación sobre esa heroica pero proteica época de revolución
venidera.
Aquí se
nominan ya, a músicos de culto, pero ocultos, aquí ya sonaban estrellas de la
música Jazz, pero hundidos en socavones culturales y donde eran pocos, los que
los amaban y los admiraban por su bello arte musical. Algunos de esos fanáticos
lograron hacer precarias grabaciones que hoy sirven como valiosos documentos.
En suma: El Jazz ya no era objeto y sujeto de multitudes, ahora el Jazz moderno
empieza creando pequeños focos o núcleos de cultura musical nueva. Las
multitudes todavía no los conocían, pero ellos iban avanzando y creando música
nueva en el Jazz, pero hundidos y lejos del gran público.
En
definitiva, el primer jazz moderno es el Bebop, que significó, la rebelión contra los posicionados símbolos o
íconos populares de la bien difundida música popular del swing.
El Jazz
moderno de los años 40’, trajo un cambio sustantivo y fácil de percibir, y es
su estilo más eficaz, nítido, individualista y más penetrante de los nuevos y
revolucionarios beboppers, por lo tanto, enterraron muchos estilos, usos y
costumbres de la música de preguerra, como por ejemplo: Los clásicos y
sencillos riffs, las letras para tararear, la fácil utilización de música para
bailes y las pesadas planchas discursivas musicales de las antiguas big bands,
basadas en las secciones de metal y cañas.
Obviamente,
que no todo cambió, por cierto, como por ejemplo: el formato de canción en
treinta y dos compases, así como, el blues de doce compases, los mismos que
fueron la plantilla matriz de los nuevos maestros del Bebop.
Las
pioneras producciones del bebop, buscaron diferenciarse inmediatamente en el
mundo del jazz que querían iluminar y encender, y para ello, usaron nombres
llamativos o exóticos a sus primeras producciones o complejas nuevas melodías,
las mismas que tenían como pista base, los acordes bases de conocidos temas.
Por ejemplo, el clásico tema: “Anthropology”
la misma
que tomó prestada, la melodía base del conocido tema “I Got Rhythm”,
y, el otro
ejemplo tipo, fue el clásico tema del Bebop: “Ornithology”
quien tomó
prestada la melodía base el tema: “How High the Moon”.
Con los
beboppers, renacieron los pequeños combos y preferentemente, donde los instrumentos
básicos eran: el piano, el contrabajo y la obligatoria batería, también la
guitarra, el saxo, la trompeta y el trombón.
El cambio
radical, estuvo en las líneas de improvisación, las mismas que se hicieron más
veloces, nerviosas y más brillantes y obviamente, más complejas.
Los
pioneros Beboppers, no solamente producían velocidad musical, también
construyeron, sentidas y largas baladas.
La
revolución del Bebop entonces, fue pura y neta velocidad sobre las líneas melódicas del jazz antiguo, vale decir, los
Beboppers se cansaron de la abundante y comercial producción del swing y de las
Big Bands, y querían vida, gritos de libertad, voces, brillos y fuegos
artificiales, que saquen de la modorra o del estancamiento musical comercial,
en que aparentemente habría incurrido el Jazz de preguerra. Es por eso, que el
gran maestro Charlie Parker, dijo que, un improvisador, debía ser capaz de usar
cualquier nota en cualquier acorde, siendo todo cuestión de colocarla en el
contexto correcto.
Otra
característica central y sustancial, de la música revolucionaria del Bebop, fue
su capacidad y atributo de simplificación extrema, en cuanto a sus arreglos. Y
es que los pioneros beboppers, amaban las producciones melódicas monofónicas, y
huían de las sábanas de envoltura musical, a que había acostumbrado o
distinguía a las tradicionales big band. Es por eso que, así ejecuten dos o más
instrumentos de viento (siendo la pareja ideal del conjunto bop, el saxofón y
la trompeta), siempre ejecutarán el tema al unísono y en versiones cortas, pero
efectivas. Vale decir, los beboppers, huían de las composiciones largas o
extensas, tal como era la costumbre tradicional ya, del jazz de preguerra.
Otra
característica imprescindible de los revolucionarios Beboppers, es que
privilegiaban los solos instrumentales, es decir, preferían la sustancia a la
formalidad. Normalmente, hacían introducciones y codas, pero no más de cuatro
compases, para luego pasar inmediatamente a su paraíso sustancioso o de
contenido, de la enjundiosa y colorida improvisación.
Muchos
creen que el jazz moderno, fue creación del Saxo de Parker, o de la Trompeta de
Gillespie, y no es así; el jazz moderno hervía en los sótanos socioculturales
de la música, como lo hemos explicado, y el vivo fuego interior provino de las
secciones rítmicas. Fueron las inquietudes y experimentaciones continuas de los
músicos de la rítmica, quienes insuflaron la vena rebelde del jazz moderno. Ya
nunca más, se siguió el viejo camino musical de la tríada maravillosa del Jazz
primigenio y venerable: Nueva Orleans-Chicago-Nueva York, esa ruta pasó a ser
historia, de la vieja tradición musical. Los nuevos pálpitos e ímpetus y bríos
musicales que partieron de la rítmica en forma pionera, hicieron su propio
camino al andar, marcaron nuevas rutas al Jazz, y ya estamos entonces en el
nuevo mundo del Jazz Moderno.
El joven
corazón viril, fértil y rítmico del nuevo Jazz, aparece vigoroso y en el medio
oeste y también al suroeste norteamericano, y su núcleo central fue Kansas
City. Es ahí, donde empezaron a escucharse los primeros nerviosos sonidos brillantes del hi-hat de Jo
Jones (Jonathan David Samuel Jones, nació el 7/10/1911 – 03/09/1985, más tarde
fue llamado, Papa Jo Jones, nuestro Jo Jones es a menudo confundido por otro
baterista importante, Philly Joe Jones); y también, las impresionantes líneas
de guitarra del maravilloso Charlie Christian (nacido en Dallas, el 29/07/1916
- Nueva York, 02/03/1942, es considerado como la mayor influencia para mediados
del siglo XX y sobre: Tiny Grimes, Barney Kessel, Herb Ellis, Wes Montgomery,
George Benson, el maestro Christian se especializó en la guitarra eléctrica,
con características de saxofonista, es ícono del bop); así mismo, las geniales
creaciones en 4/4 del maestro Walter Page (nacido un 09/02/1900 - 20 de
diciembre de 1957, famoso contrabajista, conocido por su estilo de walking
bass. Page comenzó en la banda de Bennie Moten de 1918 a 1923 y para 1925 formó
su propia banda: los Oklahoma City Blue Devils o Blue Devils y ahí se incorporó
Count Basie en 1928. Para 1936, se incorporó a la Jones-Smith Incorporated,
junto con Carl Smith, Jo Jones, Lester Young y Basie, este último cuando hizo
su orquesta, incorpora a Page, y cuya célebre sección rítmica formaría parte
junto con Jo Jones y el guitarrista Freddie Green); o el gran Jimmy Blanton
(nacido el 05/10/1918 – 30/07/1942, contrabajista conocido como pionero del
estilo pizzicato y por sus innovadores solos con el arco. Blanton empezó con el
violín, y recién tocó contrabajo cuando
estudiaba en el Tennessee State University, y entre 1936 y 1937, y en sus
vacaciones tocó con los Riverboat de Fate Marable. Profesionalmente tocó en St
Louis con la Jeter-Pillars Orchestra. Para 1939, integró la banda de Duke
Ellington, donde permaneció dos años, y ahí Blanton se consagró como solista y
fue tan espectacular que sus innovaciones, sumaron al arte del saxofonista Ben
Webster, y por eso la crítica llamó a esta maravillosa dupla: The Blanton–Webster
Band. Blanton murió a los 23 años, pero su influencia duró más de dos décadas,
en bajistas tan brillantes como Charles Mingus, Oscar Pettiford y Ray Brown); o
el legendario Count Basie (William James Basie, nació el 21/08/1904, en Red
Bank, Nueva Jersey, muere el 26/04/1984, con 79 años, en Hollywood, Florida. Pianista, Líder de banda,
director de orquesta, compositor, autobiógrafo, actor. Cincuenta años dirigió
su big band de marcada influencia en diversos registros estilísticos. Su padre,
Harvie Basie, tocaba el melófono y su madre, Lillian (Childs) Basie, era
pianista. Recibió influencia directa del stride piano de Harlem, especialmente
de Fats Waller. Empezó en el vodevil y en Kansas City hizo música en 1927. Se
unió a los Walter Page's Blue Devils en julio de 1928 y el vocalista del grupo
era el carismático Jimmy Rushing. Basie abandonó la banda a comienzos de 1929 y
se fue con Bennie Moten, quien murió en 1935, luego Basie formó su banda
llamada Barons of Rhythm, con músicos del finado Moten, tales como Walter Page
(bajo), Freddie Green (guitarra), Jo Jones (batería) y Lester Young (saxofón
tenor) y Jimmy Rushing como cantante. Tuvieron tal éxito que salieron de Kansas
para 1936 y firmó con la Grand Terrace de Chicago, luego hizo conciertos en el Buffalo
y en el Roseland en Nueva York. En enero de 1937, fue su primera grabación con
Decca Records. Regresaron a Chicago y después se presentan en el Ritz Carlton
Hotel en Boston. Su gran éxito fue "One O'Clock Jump" para septiembre
de 1937 y por la gloria de dicho tema popular, fue incorporado al Grammy Hall
of Fame. Basie regresa a Nueva York para 1938 y toca en el club The Famous
Door, con mucho éxito. Para el invierno de 1938, triunfa exitosamente con el
tema "Stop Beatin' Round the Mulberry Bush", cantado por Rushing.
1939 en Chicago, cambia de disquera, de Decca a Columbia Records, luego se fue
a la Costa Oeste. Para 1940, realizó extensas giras hasta la entrada de Estados
Unidos en la Segunda guerra mundial, en diciembre de 1941. Cuando estuvo en la
costa oeste, con su orquesta y para 1943, participó en cinco películas: Hit
Parade of 1943, Reveille with Beverly, Stage Door Canteen, Top Man y Crazy
House. Grabó resonantes éxitos musicales del pop y del rhythm and blues:
"I Didn't Know About You", "Red Bank Blues", "Rusty
Dusty Blues", "Jimmy's Blues", "Blue Skies". 1947,
cambia de disquera, a la RCA Victor Records, y grabó muchos éxitos más, tales
como "Free Eats", "I Ain't Mad at You (You Ain't Mad at
Me)", "One O'Clock Boogie", "Open the Door, Richard!",
etc. Sufrió la crisis de las big bands y disolvió su orquesta, pero en 1952,
volvió a formar otra big band y para salir de giras, ya era 1954, y su cantante
era Joe Williams quien lo acompañaría hasta 1960. 1955, con Williams logra otro
éxito, vía la placa: Count Basie Swings - Joe Williams Sings (Clef Records), en
especial con el tema "Every Day (I Have the Blues)" que le valió
entrar en el Grammy Hall of Fame. Otro gran éxito de 1956, fue su versión
instrumental de "April in Paris". En 1962, Basie firmó con la
disquera de Sinatra, Reprise Records, y grabó: Sinatra-Basie que fue otro éxito
de los Top Five a inicios de 1963. A fines de los años 60’, grabó con Ella
Fitzgerald (Ella and Basie!, 1963); otra vez Sinatra (It Might as Well Be
Swing, 1964); Sammy Davis, Jr. (Our Shining Hour, 1965); the Mills Brothers
(The Board of Directors, 1968); y con Jackie Wilson (Manufacturers of Soul,
1968). En los años 70 hizo muchas giras y firmó con disquera Pablo Records.
Sufrió ataque al corazón en 1976 y murió de cáncer de páncreas en Hollywood,
Florida en 1984), pues todo ellos, adelantaron elementos clave y fundamentales
que definieron el pulso y el latido y la proyección rítmica del bebop.
El bebop,
nunca lo olvidemos, es una expresión social básicamente, fue un sentir, una
reacción, un fenómeno de protesta, una creación grupal, muchos de esos músicos
eran despreciados, y mal considerados, por pertenecer a los sótanos y orillas
marginales de la música norteamericana. Y entre esos músicos revolucionarios de
la referencia, no estaban estrellas como Benny Goodman, sino, su guitarrista
Charlie Christian; no estaba Duke Ellington, pero sí, su contrabajista Jimmy
Blanton; no estaba Earl Hines, pero sí, su saxofonista Charlie Parker; no
estaba Cab Calloway, pero sí, su trompetista Dizzy Gillespie; no estaba Coleman
Hawkins, pero sí, su pianista Thelonious Monk; tampoco estaba el genial Louis
Armstrong, pero sí, su saxofonista Dexter Gordon.
Todos
estos músicos revolucionarios del Bop o Beboppers, no sufrían las presiones
comerciales de sus empleadores, los directores de orquesta, los mismos que
buscaban dinero y fama rápida. Todo estos músicos beboppers revolucionarios,
eran simplemente, creadores de un arte desconocido, y en última instancia, eran
perfectamente libres de crear música nueva y desconocida y hasta las últimas
consecuencias y se regodeaban en ello, por eso la hacían lo más difícil
posible.
(Fin de la
parte XLIV)
Lima, 05
de febrero del 2019
Jaime Del
Castillo Jaramillo
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@jaimedelcastill
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