Charlie Parker, Dizzy
Gillespie y el legendario productor Norman Granz. Parker buscó intelectualizar
el Jazz y Gillespie era muy competitivo grupalmente. Historia del Jazz. Parte LI
Charlie
Parker, Dizzy Gillespie y el legendario productor Norman Granz. Parker buscó
intelectualizar el Jazz y Gillespie era muy competitivo grupalmente. Historia
del Jazz. Parte LI
Por: Jaime Del Castillo Jaramillo
No todo
fue felicidad en cuanto a las grabaciones de Bird o Parker con la disquera Dial
de Russell, existen muchas críticas en cuanto a las finales grabaciones con ese
sello Dial, se les achaca ser lentas. Lo que pasa es que, a muchos les cuesta
entender la evolución creativa y musical de un genio, y ese fue el caso de
Charlie Parker con sus grabaciones finales para el sello Dial.
Y es que en
verdad de verdades, estábamos ante un “nuevo” o recreativo maestro Bird o
Charlie Parker, más intelectual o conceptuoso, y especialmente melódico, por
ejemplo, su conocido tema: “Embraceable You”
y es aquí
pues, que tenemos una magistral balada Parkeriana, que fácilmente recuerda a la
frase “you must remember this” del conocido tema “As Time Goes By”.
También
tenemos otra joya parkeriana, con el tema: “My Old Flame”:
y por
cierto, el bello tema: “Don’t Blame Me”,
Con este nuevo
estilo Parkeriano, se marcaba nuevo hito en materia de baladas de Jazz,
entonces, la gloriosa y original historia del Jazz norteamericano abría un
nuevo capítulo, y ahí estaba la trompeta melodiosa del joven Miles Davis al
lado de su mentor, maestro y padrino Charlie Parker o Bird, en suma, estas nuevas y originales parkerianas
baladas de jazz, fueron tan influyentes o al mismo nivel y talla como las
consagradas: “Singin’ the Blues”, del legendario trompetista Beiderbecke y Trumbauer
también “I
Can’t Give You Anything but Love”, del mítico Louis Armstrong o Satchmo,
y “Body and Soul”,
del gran
maestro del saxofón Coleman Hawkins.
Charlie
Parker llevó a la inmortalidad en la historia revolucionaria del Jazz moderno,
al trombonista J. J. Johnson (James Louis Johnson, o J. J. Johnson, nació en
Indianápolis, el 22/01/1924 – fallece el 04/02/2001, trombonista, compositor y
arreglista. Fue el primer trombonista del Bebop y presente figura del jazz
posterior al swing desde los años 40’, ejerciendo gran influencia), el mismo
que participó en la última sesión para el sello disquero Dial, de Russell, en
esa histórica grabación, Bird o Parker y Miles Davis fueron acompañados por el
joven trombonista J. J. Johnson, quien ya había impresionado a los aficionados
con sus grabaciones como líder para el sello Savoy, así como por su labor en
las bandas de Benny Carter y Count Basie, entre otros.
J.J. Johnson
supo encontrar la melodía y el mensaje del Bebop, vía el trombón de varas, y es que Johnson cambió
radicalmente la rapidez, y nerviosismo de las líneas clásicas de bebop,
entonces, Johnson le puso el firme latido y el perfume profundo del Bebop en un
nuevo idioma, a través de sonidos muy bien elaborados y con mucho éxito.
El maestro
Johnson, también fue convocado por otros grandes músicos del jazz moderno,
entre ellos Dizzy Gillespie, Miles Davis, Clifford Brown y hasta Stan Getz.
Para 1955,
el maestro Johnson fue ganador como mejor músico, por votación para el Down
Beat, y compartió gloria con el también trombonista Kai Winding. (https://youtu.be/5MAx_907Qh4).
Exitosa es, su famosa balada “Lament”
Muy
rápidamente, y con solamente cuatro días posteriores a su última sesión con el
sello Dial, el genial Charlie Parker regresó al estudio de grabaciones
disqueras con su banda habitual, esta vez bajo los auspicios del sello Savoy. Sus
grabaciones ya no son tan intensas como las del Parker anteriores a su estancia
obligatoria en Camarillo. Pero cuando vienen, dos sesiones más, en el año
siguiente y para Savoy, ya tenemos grabaciones nuevamente intensas y hasta
ambiciosas y con nuevos coloridos y estilos, tales como “Barbados”
con clarísimos
aires latinos, y hasta con magistral contrapunto para el tema “Ah-LeuCha”.
Pero, en esa
placa, Parker marcó la diferencia otra vez, con su magistral y única
interpretación bellísima del sensacional blues “Parker’s Mood”, donde le puso
el estilo de su Kansas City, cuando sus raíces iniciales.
Parker
grabó mucho y las cintas y discos de Dean Benedetti, publicadas a fines de los
años ochenta así lo documentan bien, existen más de cuatro centenares de
grabaciones con solos inéditos de Charlie Parker. Y en verdad, esto no es todo,
es muy pequeña parte de la extensa y variada discografía extraoficial del genio
del saxo alto: Bird.
Es sabido,
que los entendidos, críticos y los acuciosos coleccionistas del jazz, tienen en
su poder gran cantidad de grabaciones de las presentaciones de Charlie Parker,
tales como en el Royal Roost, el Onyx, el Three Deuces, el Birdland, el
Rockland Palace, el Carnegie Hall (donde estuvo con la misma Ella Fitzgerald) y
el Renaissance Ballroom (donde tocó con una banda de músicos latinos), además
de sus famosas y agitadas giras por Detroit, Los Ángeles, Washington, Boston e
incluso Suecia (Parker estuvo en Europa para 1950), entre otros países,
escenarios y podios. No solamente eso, se tienen noticias confirmadas de
grabaciones más privadas y muy poco conocidas, resultado de actuaciones o
presentaciones informales o amicales en apartamentos, haciendas, salas de
ensayo, hoteles, etc. Y esto se verifica, específicamente para los últimos seis
años de su vida.
Parker
siempre hizo grabaciones calificadas para el reconocido productor Norman Granz,
y siempre escucharemos a un Bird más comercializado en dichas grabaciones, ahí
tenemos nerviosa improvisación pero siempre medida y bien contada, para hacer
un Parker “vendible” en el mercado.
El
prolífico productor Norman Granz logró las grabaciones históricas de los
geniales Parker y Lester Young para 1946, de ahí salió esa belleza musical
inmortal y clásica: “Oh, Lady Be Good”.
También
son memorables las grabaciones de Parker para Granz del período: 1949 – 1954.
También son muy importantes, sendas dos históricas sesiones del año 1950, donde
Parker se reúne en junio con Dizzy Gillespie, y los acompañaron Buddy Rich y
Thelonious Monk en la sección rítmica.
Se ha
criticado mucho, la grabación de Charlie Parker con los cantantes de Dave
Lambert, y hasta patética llamaron a esta discografía.
Tampoco
fueron buenas las críticas, cuando grabó con la orquesta de cuerdas, donde
Parker intentó seriamente hacer música seria e intelectual, y se conoce que a
Charlie Parker le gustó mucho su grabación del tema: “Just Friends”,
En verdad,
los críticos no están muy contentos con Norman Granz, ya que consideran que no
hizo cardinales o vitales grabaciones de Parker con otras de sus estrellas del
Jazz, tales como, la sesión planificada con el genio del Harlem Stride piano: Art
Tatum, dorado proyecto que nunca se concretó y que debió ser un valioso documento
pletórico de belleza musical de rango universal.
Tampoco se
cristalizó el proyecto de grabar con músicos latinoamericanos, tal como ya
estaba publicitado y bajo el título de: “Charlie Parker plays South of the
Border”, en dicho ambicioso proyecto estaba comprometido también, Dizzy
Gillespie.
Otra suerte
correrían las grabaciones de Dizzy
Gillespie con el imprescindible productor y empresario Norman Granz, sobre
todo, las grabaciones de los gloriosos años cincuenta y que tuvieron otro
influjo e impulso en los agitados años setenta, ya para esa década, el
experimentado productor Norman Granz había creado su conocido propio sello disquero:
“Pablo”.
El
experimentado e inteligente productor Norman Granz, siempre frenó con astucia, los
conocidos ímpetus e impromptus del siempre inquieto trompetista Dizzy
Gillespie, en el sentido de apelar siempre a temas raros o efectictas
incluyendo interpretaciones vocales poco comunes o exóticos; o también, el
gusto o inclinación muy acentuado de Dizzy por las antigüallas musicales
destinadas a halagar la yema del gusto de su amplio público.
Dizzy
Gillespie, por naturaleza, era un músico competitivo por raza y sangre y nervio,
y por cierto, con un fuerte ego musical, y eso lo descubrió muy fácilmente el
legendario Granz, con su ojo avisor y su oído de águila, es por eso, que cuando
Norman Granz colocaba a Dizzy junto a otro gran maestro instrumentista de
viento en la sala de grabaciones disqueras, sea
con Charlie Parker, Sonny Stitt, Roy Eldridge, Stan Getz o Sonny Rollins,
etc., pues simplemente, Dizzy Gillespie se transformaba, mutaba, se convertía
en una antorcha de fuego musical y producía bella música que hasta hoy es
paradigma y matriz del jazz universal.
Pero, y
sin embargo y a la vez, Dizzy, era todo lo contrario, cuando no tenía
competencia musical absorbente al frente (cuando no sentía el acicate del
maestro músico competidor que podía superarlo u opacarlo en plena grabación
inmortal), y se comprueba plenamente ello, con sus propias grabaciones y con su
propio sello disquero de principios de los años cincuenta (como para que no
quede la menor duda), es decir, Gillespie al frente de su empresa disquera: Dee
Gee, ahí tenemos no una, sino muchas grabaciones decepcionantes que confirman
absoluta y palmariamente nuestras afirmaciones.
Dizzy
Gillespie nos vendió insuperables temas de Jazz bueno, muy bueno y hasta excelente
en grado sumo, pero, seguido o amarrado de banalidades musicales, tales como
“Swing Low”, “Sweet Cadillac”,
“Umbrella
Man” y
“School
Days”.
No lo olvidemos,
el exitoso maestro de las grabaciones de lujo del Jazz: Norman Granz, supo
extraer lo mejor de Gillespie y en toda una fructífera década, por ejemplo, es
de antología y paradigma musical hasta la fecha, la famosa grabación del año
1957 titulada: “I Know that You Know”, y eso fue en el contexto, de un solo stop
time, del gran maestro Sonny Rollins, y seguidamente, Dizzy Gillespie
simplemente se lució con un solo maravilloso de trompeta, y quedó para la
posteridad como joya inmortal.
Charlie
Parker, al final de su vida, todavía hacía maravillas musicales, por ejemplo, su
esplendente e inolvidable concierto de 1953 en el Massey Hall de Toronto (lo
acompañaron: Dizzy Gillespie, Charles Mingus, Max Roach y Bud Powell) la
crítica lo calificó de plano, como “el mejor concierto de jazz de todos los
tiempos”, y esa histórica placa, todavía causa sensación en los amantes del
jazz de ayer y de hoy.
Charlie
Parker, marcó época también en otras presentaciones, por ejemplo, la de 1952,
en el Rockland Palace; o la de 1953, en Washington, con The Orchestra, también
se deben contar sus innumerables giras con Stan Kenton y otros maestros
músicos, o con la misma Jazz at the Philharmonic. También hizo giras con senda orquesta de cuerdas.
Obviamente,
el problema de Charlie Parker con las drogas fue muy serio, profundo y
presente, y fue la causa de su desaparición física temprana y obviamente, de
muchas conductas inconcebibles, raras o sorprendentes del padre del Bebop y bajo
comentario. A toda esa desgracia personal de Bird (que le nublaba la mente,
retorcía y estremecía su cuerpo físico, y alborotaba a sus demonios azules), se
aunaron, los problemas legales y administrativos de Parker con su licencia de
actuación artística, dichas trabas o problemas, se la pusieron muy difícil para
presentarse en regla y en forma legal, en La Babel de Acero o Nueva York y por
casi dos duros años, obviamente esa condicionante política que lo anulaba
poderosamente, alteraba su ego, lo enajenaba en lo personal, le producía
infelicidad, al gran maestro Parker que quería sentirse libre y suelto, para
agitar sus doradas y poderosas alas
musicales en La Ciudad que nunca duerme, en la Capital del Mundo o New York.
Las
poderosas incoherencias de la gran Historia, -como no podía ser de otra
manera-, también se hicieron presentes en la necesaria biografía del gran
maestro Charlie Parker: Severamente incomprensible por donde se le mire y
observe, y en forma absoluta y
categóricamente y como gran simbolismo
insoslayable, es el notorio hecho fáctico histórico, de que el genial maestro
revolucionario del Jazz mundial Charlie Parker fuera declarado persona non grata, nada más y nada menos que en
el mismo templo sagrado universal del Jazz: “The Birdland”, el gran club de
pura música o preciada ágora cultural jazzística y que fuera específicamente
denominado así en 1950, y solamente y en alto honor del preciado saxofonista
Charlie Parker o Bird.
Y para colmo
de males, los críticos y narradores fáciles, no paran de meter barata tinta en
una supuesta anécdota negra: Se dice que en la última presentación del
consagrado Charlie Parker, y en un club de jazz, se vio ensombrecida por un
vergonzoso enfrentamiento en el escenario con su pianista Bud Powell, puede
haber mucho de cierto, ya que Bud Powel como bien sabemos, no andaba bien ni de
los nervios, ni de la cabeza y de igual manera se pude decir de Bird, pero
hacer de esos impromptus irrelevantes, grandes capítulos de jazz, nos parece
más que exagerado.
Lo cierto,
es que la salud — física como mental— de Parker ya no daba para más, se le iban
sumando muchos males, dolencias y desequilibrios, se venía el fin. Afirmaron
algunos, que tragó tintura yodo, en fallido intento de suicidio. Ya había sido
internado y hasta por dos veces en el hospital de Bellevue. Para marzo de 1955 Parker
cayó en su lecho de dolor para no volver a levantarse jamás. Quiso asistir a la
ciudad de Boston, para cumplir con un contrato antelado en cierto club, pero el
grave dolor en su úlcera se lo impidió radical y absolutamente, se quedó en el
apartamento de la legendaria amiga de los maestros del Jazz: la baronesa
Pannonica de Koenigswarter, simplemente esperaba la llegada de la fría muerte.
Bird se
negó tajantemente a ser atendido por médico alguno, esa mala e inoportuna
decisión apuró su sensible deceso, es más, Parker se negó a ir a cualquier
hospital, soportó los terribles dolores físicos por tres días antes de fallecer,
el gran maestro del Bebop Charlie Parker;
El parte
médico oficial arrojaba, efectos mortales por suma de úlcera, con hemorragia,
más neumonía. Exactamente, Parker murió a sus escasos treinta y cuatro
juveniles años de edad. Pero el galeno
que lo asistió, anotó oficialmente en el parte médico de la referencia, que el
finado Parker debía tener entre cincuenta y sesenta años de edad, en el momento
de su deceso, o sea, el abuso de las drogas le había pasado elevada y pesada
factura al gran Bird.
La sensible
desaparición física de Charlie Parker, causó hondo pesar y conmoción en el
mundo del Jazz, se estamparon muchas frases alusivas y para la historia grande,
por ejemplo la vertida por el gran Charles Mingus, quien sentenció: “La mayoría
de los solistas de Birdland tenían que esperar al siguiente disco de Parker
para saber cómo tocar. ¿Qué van a hacer ahora?”, no solamente eso, el mismo
Mingus agregó otra frase inmortal sobre Parker, cuando expresó categóricamente:
“Bird no está muerto”, y agregó Mingus, “está escondido en algún sitio, y
volverá para asustar otra vez a todo el mundo”.
En esa misma
coyuntura, los seguidores, cultores y admiradores de Charlie Parker crearon la
inmortal frase “Bird lives” (“Bird
vive”) frase brillante y de oro, por lo tanto, imperecedera hasta la fecha, y
que fuera usada como firme o acerado eslogan de guerra, o también, como
talismán, insignia y llamado callejero en pintado de calles doloridas.
(Fin de la
parte LI)
Lima, 08
de julio del 2019
Jaime Del
Castillo Jaramillo
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@jaimedelcastill
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